Los Regaños hacia Nuestros Hijos
Todos los papás nos enfrentamos a momentos complicados con nuestros hijos, donde debemos corregirlos y enseñarles lo que es correcto hacer y que no, debemos ser su guía en como comportarse porque nuestros hijos son el reflejo de nosotros. Educarlos no es fácil y nuca se acaba esa labor de parte de los papás, por ello cuando se equivocan o están haciendo algo indebido, recurrimos a los regaños con los hijos.
El carácter de los niños se formará con vivencias y experiencias que vayan teniendo en toda su vida, pero también gracias al ejemplo de los padres. No podemos exigirle a un niño que levante su ropa si ve que sus papás son desordenados y que pueden tirar las cosas por donde pasan y nadie las recoge. Tampoco podemos decirles que no griten para pedir algo, si nosotros como papás gritamos todo el tiempo y pedimos las cosas de mala manera a quien está a nuestro alrededor.
Un niño aprenderá a través de nosotros como tratar a las demás personas, comprenderá como debe comportarse y lo que debe hacer a través de sus papás, ellos son su ejemplo a seguir, por ello nuestros actos deben ser correctos para enseñarles que es mejor ser amables y educados para pedir y conseguir las cosas que a través de enojos, gritos y regaños.
No hay un manual para aprender a ser papás, si lo hubiera sería un éxito. Todos nos enfrentamos diariamente ante el dilema: como educar a nuestros hijos y establecerles límites. Una forma de hacerlo es a través de la comunicación y si esto no funciona podemos recurrir a un regaño, pero nunca a través de los golpes. Un niño debe de aprender que los papás son sus guías y que si hace algo que no está bien, es decir, rebasa los límites, le va a tocar un justo regaño.
Los papás no debemos de sacar nuestros problemas ante los hijos, no hay que pegarles si tuvimos un mal día o si hicieron algo que estuvo mal, ellos no son responsables de nuestros problemas ni traumas. Hay que medirnos en los regaños, pero siempre dejándoles claro a los niños lo que estuvo mal y diciéndoles lo que no deben hacer, establecer los límites de manera coherente y así ellos medirán sus acciones.
Un regaño a los niños debe de ser a tiempo y de manera acertada, cuando el niño acaba de hacer algo inadecuado debemos corregirlo y evitar que nos conteste de mala manera o nos rete, sino perderá el respeto ante nosotros. Debe quedarle claro la diferencia de lo que es correcto o no, para que tenga buenas bases para su crecimiento y tenga límites en sus acciones, si no lo hacemos pueden retar nuestra autoridad cuando sean mayores y no medir si hacen bien o mal a las demás personas.
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