Bicicletas con motor como alternativa en el transporte urbano

Nuestro mundo urbano está cada vez más contaminado. Solo situaciones excepcionales como momentos masivos de vacaciones o un descenso de la actividad económica como el que estamos viviendo, permiten dar un respiro a nuestros pulmones. Pero la polución es una realidad patente y algo en lo que todos podemos colaborar.

El transporte urbano es uno de los principales ingredientes de esa contaminación. Vehículos privados llenan las calles y las alternativas públicas, aunque mejoradas, también participan en ensuciar nuestro aire. Surge la necesidad de utilizar otras formas de transporte y por eso muchas ciudades apuestan por la bicicleta.

Barcelona, Vitoria-Gasteiz o Valencia son ciudades donde claramente sus autoridades han apostado por mejorar la calidad de sus habitantes fomentando el uso de la bicicleta tanto a diario como para el tiempo de ocio. Pero, ¿esto puede ser así en todas las ciudades? La respuesta es que no, que algunas tienen características especiales.

Las bicicletas con motor eléctrico vienen a poner remedio a un problema que tienen muchos lugares para el ciclismo: la orografía. No todos podemos ser Miguel Induráin o Lance Amstrong y superar duras pendientes camino de nuestros trabajos. Necesitamos la ayuda de una bicicleta con motor para superar esas cuestas.

Tampoco se libran en grandes ciudades como Madrid, dónde se hace impensable poder recorrer de punta a punta la ciudad en un paseo ciclista. Las bicicletas con motor pueden aliviarnos a superar esas grandes distancias gracias a sus motores eléctricos, que, aun siendo el territorio llano, empujan nuestro peso en esas grandes distancias, asistiendo al pedaleo para hacernos más confortable nuestro camino.

Es cierto que una bicicleta eléctrica tiene un coste superior que una bicicleta tradicional, pero cuántas veces en ciudades y pueblos con empinadas calles dejaríamos la bicicleta en casa pensando en lo duro que sería el camino y nos vamos en el coche o en el autobús, haciendo un gasto extra, que puede ser equiparable al del sobrecoste del motor eléctrico para nuestra bicicleta.

En resumen, demos una oportunidad a estas bicicletas con motor que, poco a poco, serán una alternativa más común para todos.