Visitar Acapulco y no perderte cada momento.

Si planeas una escapada romántica con tu pareja, acuérdate de Acapulco*,  la hermosa bahía ubicada en la costa del estado de Guerrero, frente al Pacífico, que es uno de los destinos de México más reconocidos en el mundo. Acapulco es sinónimo de romance y complicidad con un entorno de suaves olas y atardeceres de intensos colores.

Sorprende a esa persona especial con una aventura que dé inicio el viernes por la noche. Una cena será el pretexto perfecto para admirar Acapulco en su hora más esplendorosa: cuando el sol se oculta y las luces comienzan a reflejarse en la bahía. La variada oferta gastronómica del destino te permitirá elegir entre platillos internacionales y lo mejor de la cocina mexicana. La velada podrá terminar en alguno de los muchos centros nocturnos que encontrarás a lo largo de la avenida Costera Miguel Alemán.

Elegir hospedaje en Acapulco sólo depende de la experiencia que quieras compartir con tu pareja: desde hoteles boutique que ofrecen privacidad y un esmerado trato personalizado, hasta los grandes hoteles con todos los servicios incluidos. También puedes elegir entre tener una vista panorámica de la bahía, como la de los hoteles ubicados en hacia la carretera escénica, o estar a unos pasos la playa, si eliges algún hotel en la tradicional Costera Miguel Alemán.

Si  tú y tu pareja aman la naturaleza, lo más recomendable para el sábado es un paseo hacia Barra Vieja, unos 30 minutos al sur de Acapulco. Ahí podrán disfrutar de un tranquilo recorrido por la zona de manglares y saborear un rico pescado a la Diabla, uno de los platillos más tradicionales de la región y que es huachinango aderezado con chile guajillo y asado al carbón. Otra opción es el Jardín Botánico de Acapulco, que permite admirar la riqueza natural de Guerrero y en general de México, además de ofrecer rincones de singular belleza.

Despídete de Acapulco con un unos tradicionales platillos típicos de la costa guerrerense. Pregunta por el pozole guerrerense, el ceviche, el pescado a la Talla o a la Diabla, o el fiambre, hecho con carne de pollo, res y cerdo, chiles jalapeños, pasas, almendras y otros secretos. Para beber, lo más típico es el chilate guerrerense (cacao, arroz, azúcar y canela), la tuba (fermentación del jugo proveniente de la palma de coco a veces combinado con frutas) y el coco loco, que es agua de coco con ginebra.