El campo magnético terrestre era tres veces más fuerte en la época de los dinosaurios

Un equipo de investigadores de la Universidad de Rochester ha descubierto que hace más de 100 millones de años, cuando los dinosaurios aún eran la forma de vida dominante en la Tierra, el campo magnético de nuestro planeta era tres veces más fuerte que hoy en día. Debido a ello, su interacción con las partículas procedentes del Sol provocaba que el cielo nocturno a altas latitudes fuera un increíble espectáculo plagado de extrañas iridiscencias y luces multicolores. El hallazgo, publicado en la revista Science, ha sido posible gracias a una novedosa técnica que permite averiguar la intensidad del campo magnético terrestre en épocas pasadas con una certeza mucho mayor de la que se tenía hasta ahora. 

La forma tradicional de conocer su fuerza, denominada paleointensidad, fue desarrollada hace más de 40 años. Los investigadores tomaban una roca ígnea y procedían a calentarla y enfriarla en una cámara especialmente preparada, libre de la influencia del campo magnético. De esta forma, podía "extraerse" el magnetismo de las partículas de la roca. 
A continuación, se incrementaba el campo magnético y se medía la cantidad de magnetismo que las partículas podían absorber. Sin embargo, la contaminación ambiental hacía muy difícil que las mediciones fueran precisas. 

Ahora, los científicos de Rochester, coordinados por el profesor de geofísica John Tarduno, han empleado un Dispositivo superconductor de interferencia cuántica (Squid) sensible en extremo incluso a los campos magnéticos más débiles. Este sistema, normalmente utilizado en el diseño de chips de ordenador, permite medir la intensidad del campo magnético en cristales individuales y no sólo en toda la roca, lo que hace posible tomar muestras libres de contaminación. Así, las pruebas realizadas en minerales de 100 millones de años de antigüedad han probado que el campo magnético era entonces tres veces más fuerte de lo que en principio se sospechaba. Según Tarduno, "el hallazgo también sugiere que hay una estrecha relación entre los cambios en la dirección del campo magnético (los polos magnéticos han cambiado en numerosas ocasiones de posición a lo largo de la historia de la Tierra) y su intensidad."