La Importancia de La Vocación (Primera parte)
Supongo que usted, como la mayoría de las personas, piensa de vez en cuando en sus metas. Si no me equivoco, dichas metas se resumen o están relacionadas con un tipo de vida que tenga todas esas cosas de las cuales usted carece en este momento presente. Podría jurar que usted sueña con una mejor estabilidad económica, una pareja ideal y una familia ideal, viviendo en una casa que no sea la de sus padres ni la de sus hermanos mayores, ni tampoco alquilada. En fin, una casa propia
¿Qué tan seguido piensa usted en estas metas? ¿Con cuánto detalle las dibuja en sus sueños? ¿Cómo sería específicamente esa forma de vivir en la que usted se ve especialmente libre de problemas económicos? Suponga que usted ha dejado atrás el eterno problema de no contar con el suficiente dinero para satisfacer sus necesidades y además sus sueños. Imagine que tiene la suficiente capacidad económica como para comprar o construir esa casa y adquirir ese modelo de carro que siempre quiso. Piense en todos los detalles como si la próxima semana fuera a comprar esa casa y ese carro.
En el caso de su futuro hogar, ¿Dónde estaría ubicada? ¿Qué tan grande y lujosa sería? ¿Tendría piscina? ¿A qué estilo arquitectónico pertenecería su diseño? ¿Cuál sería el color que utilizaría en su interior y exterior? Ahora bien, permítame hacerle la pregunta más importante de todas: Al momento de elegir la casa donde viviría, el carro que utilizaría y (¿por qué no?) a la pareja ideal que lo acompañaría ¿Elegiría todo esto en base a lo que le gustaría? ¿O no? Yo elegiría la primera opción. Si usted piensa que esta pregunta es necia porque es obvio que todo el mundo elegiría esta misma opción, tiene toda la razón. Pero esto es obvio al momento de tomar decisiones tan importantes como estas, ¿Por qué entonces la mayoría de las personas elige estudiar y ejercer una carrera que no le gusta?
Este es el punto a donde quiero llegar. ¿Por qué no aplicamos el mismo criterio de elección cuando decidimos comprar la casa, el carro y elegir a nuestra pareja, al momento de decidir qué carrera estudiar? No estoy hablando de elegir aquel tipo de trabajo que sólo podemos tener cuando todavía no tenemos el título universitario o cuando ni siquiera nos habíamos graduado de bachiller. Estoy hablando de una profesión. Aquella que precisamente se diferencia de un trabajo porque además de permitirte ganar dinero, te da la oportunidad de hacer lo que te gusta. El trabajo lo hacemos sólo para ganar dinero. La profesión la ejercemos por vocación, es decir, porque nos sentimos bien al llevarla a cabo.
Es importante vivir en una casa que sea de nuestro agrado. Sobra decir además, que no es nada agradable tener como pareja a alguien por la que no sentimos atracción física o intelectual. Entonces, la decisión sobre donde viviremos y a quien elegiríamos como pareja (formal y estable) es algo muy importante y a la vez algo muy delicado. En este último caso, el decidir de una manera apresurada y sin pensarlo muy bien traerá como consecuencia conflictos, desengaños, frustraciones y seguramente ocasionará un trauma que afectaría la autoestima de la persona y su capacidad para relacionarse exitosamente con el sexo opuesto. A esto le podemos sumar el hecho de que los hijos se unen a la lista de individuos afectados emocionalmente y quienes llevarán esta cicatriz para toda la vida.
Puedo asegurar que toda esta frustración también la sentirá usted cuando comience a ejercer una carrera que no sea de su agrado. No importa si la eligió sabiendo que no le gustaba, o por el contrario, teniendo falsas expectativas acerca de las características de la profesión elegida. Pero la frustración será solo una de las tantas emociones negativas que tendrá usted si comete el error de elegir equivocadamente el oficio que desempeñará en el futuro. En realidad, el panorama que se vislumbra en el momento en que los jóvenes deciden sobre su futuro es más preocupante de lo que se ha hecho ver líneas atrás. Por experiencia, sé que son muy pocas las personas que tienen ciertas expectativas auténticamente vocacionales sobre la labor que desempeñarán una vez hayan culminado sus estudios en la universidad.
En este sentido, existen muchas personas confundidas con respecto a lo que ellas afirman que les gusta. Podemos detectar a este tipo de personas, al oírlas decir lo siguiente: “me gusta la carrera de administración porque allí uno gana mucho dinero”…o también: “Quiero estudiar medicina porque mi padre y mi abuelo fueron médicos” “Quiero estudiar enfermería porque esa carrera la estudian muchas mujeres”.
Es necesario aclarar que la vocación no está en nada de esto. La vocación está en que a uno le guste lo que hace, no lo que le guste o lo que aprueben los demás. Si usted quiere ejercer Administración, Ingeniería o Derecho, por los beneficios económicos que ello implica, entonces, su motivación no es vocacional sino material. En otras palabras: usted quiere ejercer dichas carreras no porque se siente como pez en el agua al involucrarse en ellas, sino porque usted está interesado solamente en el dinero y esa profesión es sólo un medio o una herramienta para poder tenerlo. Esto es prácticamente igual a casarse con alguien solamente porque viene de una familia adinerada. Esa persona no representa nada importante para usted (ni sexual ni emocionalmente). Esa persona, con la cual vivirá por mucho tiempo, es solamente un medio para poder asegurar su estabilidad económica. ¿Usted se atrevería a llevar una vida totalmente vacía y superficial, sólo por el dinero? ¿Estaría dispuesto a vender su auténtica felicidad a fin de satisfacer solamente sus necesidades materiales?
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