Cómo me cambió la vida en el transcurso de un mes - Antes y después de descubrir el Yoga
Hace unos meses atrás viví una de las experiencias más intensas de mi vida: me enrolé a un curso intensivo de 200 horas de formación de profesor de yoga en la India. Pasé cuatro semanas viviendo en un ashram; estudiando Hatha Yoga, aprendiendo a enseñar las clases de yoga, practicando meditación diaria y practicando hasta 5 horas diarias de Hatha yoga algunos días. Cada minuto suponía una nueva experiencia. La verdad es que mi experiencia en yoga era nula, aunque había asistido a algunas clases de principiante y me gustó tanto que decidí que quería aprender más.
Antes del curso no me consideraba una persona muy espiritual y a penas dedicaba tiempo para auto-reflexionar. Hacía un tiempo que tenía la sensación de que los años estaban pasando en vano y no esta disfrutando de la vida. No es que me sintiera triste, de hecho siempre me había considerado una persona feliz y satisfecha: con un marido muy considerado, dos niños hermosos, una familia cariñosa y una trabajo respetable. Nada de lo que me pudiera quejar; pero aún así echaba de menos un poco de chispa, algo de emoción. Una amiga me recomendó que practicara yoga, puesto que ella llevaba años practicando y hacía tiempo que era profesora. Según ella el yoga había cambiado su vida.
Aunque al principio no lo veía del todo claro decidí darle una oportunidad. Asistí a una de sus clases y salí sintiéndome muy ligera y con un sentimiento de paz y tranquilidad muy agradable. Esa noche dormí mejor de lo que había dormido en mucho tiempo. Por primera vez sentí que era capaz de relajarme y de liberarme de las preocupaciones y tensiones que me afligían.
Poco después decidí que seguiría los pasos de mi amiga y me apunté a un curso de formación de profesor en la India para seguir un curso intensivo de 200 horas. Mi intención no era aprender a enseñar, sino aprender más sobre el yoga en general y los efectos que una práctica continuada puede suponer en el cuerpo y la mente. Mi esperanza era que al practicarlo intensamente dejara una huella en mí y poder incorporarlo en mi rutina diaria a la vuelta en casa, ¡y no veas qué huella dejó! Durante las cuatro semanas que seguí el curso viviendo en un ashram en la India aprendí todo sobre el significado y propósito del yoga. También practiqué muy intensamente todos los días y aprendí sobre los beneficios mentales y físicos que ello supone. Por cuatro semanas viví en un entorno muy sencillo sin comodidades superfluas ni lujos. Los días empezaban muy temprano, a las 6 ya empezábamos la meditación. El principio era tan duro que me arrepentí y sentí que era la peor idea del mundo el haberme apuntado al curso, pero después de unos días ya empecé a hacerme al horario intensivo y empecé a disfrutarlo. Empecé a experimentar los beneficios de ese estilo de vida y la actitud de aceptación y tranquilidad vino a mí.
Después de unos meses de hacer el curso de 200 horas de profesor de yoga puedo decir verdaderamente que he cambiado a mejor. Me ha ayudado a darme cuenta de las pequeñas cosas que ofrece la vida, a establecer mis prioridades y a juzgar lo que realmente importa en la vida y aquello en lo que no vale la pena preocuparse. Es una experiencia única y pienso que todos deberíamos probarlo. Ahora soy una persona más sana y feliz, por lo que siempre estaré agradecida a las personas que hicieron posible este cambio en mí.
Arhanta Yoga Ashram, escuela de yoga que acepta a los estudiantes que desean seguir una formación de profesores de yoga.
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