Educación en valores – ¿Cómo enseñarles a nuestros hijos a relacionarse bien con el dinero?

Todo padre desea que sus hijos tengan éxito en la vida y la gran mayoría están dispuestos a hacer enormes sacrificios para entregarles todas las herramientas necesarias para que ellos puedan alcanzar su máximo potencial.

Queremos que tengan una educación integral. Idealmente su corazón debe poseer los valores correctos y su cabeza contener la información adecuada para poder salir adelante en la vida.

Sin embargo, es difícil encontrar un equilibrio entre los valores y los conocimientos. Normalmente la balanza se inclina demasiado hacia el lado de los conocimientos y muy poco hacia el lado de los valores.

Por ejemplo, una de las áreas en las cuales queremos que tengan éxito es en lograr tener una situación económica sólida y estable. Por eso nos esforzamos tanto para que puedan obtener una educación adecuada. Incluso muchos padres hacen loables esfuerzos para entregar a sus hijos una educación que ellos no tuvieron.

Con las mejores intenciones les quieren ayudar a tener mejores oportunidades en la vida al entregarles las herramientas necesarias para poder optar a un buen empleo en su vida adulta.

Sin embargo, es tanto el énfasis que se pone en enseñarles cómo ganar el dinero, que muchas veces pasan por alto enseñarles como relacionarse correctamente con él.

Por un lado queremos que tengan suficiente ambición para sobresalir y ser exitosos en su futura profesión, y, por otro lado no queremos que sean codiciosos o que caigan en el egoísmo, materialismo y el consumismo que es tan propio de nuestra sociedad moderna.

¿Cómo podemos encontrar el equilibrio?

En primer lugar, como en todas las cosas, la manera en la cual ellos se relacionen con el dinero va a ser un reflejo directo de la manera en la cual nosotros, los padres, lo hacemos.

Si los padres tienen una mentalidad de "nunca hay suficiente", ellos también la van a tener. Si los padres son consumistas, ellos también lo serán. Si los padres viven endeudados, es muy probable que ellos también se endeuden cuando sean adultos.

Es muy simple: de tal palo, tal astilla.

Esto le puede parecer alarmante, especialmente si Ud. quisiera que sus hijos no repitan los errores que Ud. ha cometido.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es que, ¡si Ud. está dispuesto a hacer un esfuerzo y a cambiar su manera de pensar frente al dinero, ellos también lo harán!

El enfoque más sano hacia el dinero es en mirar más allá de nuestras metas materiales. Todos tenemos un propósito en nuestra vida. Hay una razón por la cual estamos aquí.

Hemos sido llamados para hacer algo más que simplemente tener un buen pasar mientras que estemos en la Tierra. Podemos impactar al mudo alrededor nuestro y ayudar a que sea un mejor lugar. Todos podemos poner nuestro grano de arena.

A medida que nosotros y nuestros hijos busquemos cumplir con aquél propósito para nuestras vidas, vamos a poder quitar la mirada del pequeño mundo de nuestras necesidades y vamos a comenzar a enfocarnos en las grandes necesidades que nos rodean diariamente.

Cuando nace en nuestro corazón el deseo de suplirlas, vamos a tener una relación correcta con el dinero. Ya no va a ser un vehículo que nos permite satisfacer las necesidades propias, sino una herramienta poderosa para impactar otras vidas.

Y, a medida que sembramos en otras vidas, cosecharemos para las propias también. Así opera la ley universal de la siembra y de la cosecha, establecida por Dios, ya que es de mayor bendición dar que recibir.

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