Insomnio
Es la dificultad para conciliar el sueño, para permanecer dormido o la sensación de que el sueño no es lo suficientemente reparador. A su vez, la somnolencia diurna excesiva es la tendencia a quedarse dormido durante las horas de vigilia habituales.
Epidemiología
E l 95% de la población adulta ha tenido algún episodio de insomnio temporal durante su vida. Las formas crónicas que se presentan durante al menos 6 meses sólo lo padecen entre el 8 y el 18% de las personas. Las necesidades individuales de sueño varían ampliamente, oscilan entre 6 y 10 horas por día. Los lactantes duermen durante la mayor parte del día; con la edad, el tiempo total de sueño y el sueño profundo tienden a disminuir, y el sueño se interrumpe con mayor frecuencia.
Consecuencias a corto y largo plazo
A corto plazo puede provocar fatiga durante el día, dificultad para la concentración, entre otros problemas. A largo plazo, puede aumentar el riesgo de sufrir diversas enfermedades.
Causas
Algunas de las causas más importantes incluyen:
- Problemas de salud de evolución crónica que se acompañen de dificultad para respirar o con dolor (trastornos reumáticos, fibromialgia, EPOC, asma, insuficiencia cardíaca, enfermedad por reflujo, úlcera gástrica).
- Patrón de sueño irregular
- Síndrome de las piernas inquietas
- Alteraciones de la glándula tiroides
- Trastornos psiquiátricos como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia, entre otros
- Sedentarismo (poca o ninguna actividad física).
- Consumo de drogas como la cocaína, éxtasis, entre otras
- Enfermedades que se presentan durante el sueño (síndrome de apnea del sueño)
- Medicamentos como los antidepresivos, hipnóticos, entre otros
- Sueño irregular por cambios en las horas de trabajo
- De tipo idiopático de causa desconocida
Síntomas
Junto con la interrupción del sueño, se pueden provocar otros problemas, como:
- Fatiga o somnolencia durante el día
- Irritabilidad, depresión o ansiedad
- Molestias digestivas
- Poca motivación o energía
- Disminución de la concentración y del estado de alerta
- Falta de coordinación, lo que puede llevar a sufrir accidentes sobre todo al conducir vehículos
- Dolor de cabeza tipo tensión (cefalea tensional)
- Dificultad para socializar, trabajar o estudiar
Clasificación
Se puede clasificar de acuerdo a la duración, la gravedad y a la causa que lo produce.
De acuerdo al tiempo de duración: Puede ser agudo y transitorio, es decir, puede ser un problema a corto plazo. El insomnio de evolución crónica puede durar meses o incluso años.
De acuerdo a la gravedad: El de carácter leve representa la falta de sueño que lleva al cansancio. El insomnio moderado puede interferir con las actividades diarias, y el insomnio severo es aquel pue puede tener un impacto significativo en el desempeño diario.
De acuerdo a la causa que lo ocasiona: La falta de sueño de tipo primario puede ser producido por factores internos (insomnio por trastornos de la esfera psíquica, apenas obstructivas del sueño, alteraciones del ritmo circadiano). La falta de sueño de tipo secundario puede ser causado por factores externos como alteraciones en la higiene del sueño, consumo de ciertas sustancias como cafeína, alcohol, o por situaciones de estrés.
Diagnóstico
Para llegar a un adecuado diagnóstico, es necesario que el Médico Psiquiatra investigue de manera cuidadosa y exhaustiva los hábitos y síntomas que presenta el individuo afectado, por medio del interrogatorio, ya sea al mismo paciente o a sus familiares más cercanos. Se pueden emplear algunas escalas o cuestionarios que evalúan diferentes matices del problema como la satisfacción, las interferencias, o la percepción, que del trastorno, tienen las personas que conviven con el paciente afectado. Algunas de estas escalas son el Insomnia severity índex (ISI) Pittsburgh sleep quality índex (PSQI) y la Epworth sleepines scale (ESS).
Pruebas complementarias
Algunas de las pruebas complementarias incluyen el estudio polisomnográfico, el test de latencia del sueño múltiple y la actigrafía
Polisomnografía. Registra a lo largo de toda la noche la actividad eléctrica cerebral del paciente, los movimientos oculares, el tono muscular, el flujo respiratorio, la frecuencia cardíaca, entre otros.
Test de latencia del sueño múltiple. Esta prueba mide la hipersomnia o exceso de sueño. Para esto se indica al paciente que duerma cinco siestas, separadas por dos horas, durante el día. Si el paciente concilia el sueño antes de cinco minutos, y el sueño REM (movimientos oculares rápidos) se instaura antes de los tres minutos, se confirma la presencia de hipersomnia.
Actigrafía. Es de utilidad para el diagnóstico del insomnio crónico y de las alteraciones del ciclo sueño-vigilia. Esta prueba consiste en determinar la actividad circadiana del individuo, colocado en su muñeca un dispositivo denominado velocímetro, el cual registra los movimientos del brazo durante 2-14 días consecutivos. Los datos proporcionados son procesados para así determinar la cantidad de sueño, puesto que cuando el paciente está dormido no hay presencia de movimientos.
Tratamiento
El tratamiento va a depender de la causa subyacente. Se pueden implementar medidas generales para mejorar el problema, las llamadas reglas del buen dormir, y estas incluyen:
- Reducir el tiempo de permanencia en la cama, por ejemplo, si la persona se despertó y no puede volver a conciliar el sueño, es mejor que se levante.
- No tomar siestas durante el día. Aunque esta última medida puede ser muy difícil de tomar por parte de los adultos mayores.
- Si la cafeína interrumpe el sueño nocturno, es mejor evitarla.
- No es recomendable el consumo de alcohol y tabaco.
- Se debe evitar practicar actividad física intensa cerca de la hora de dormir.
- De preferencia no realizar ninguna actividad intelectual dos horas antes de acostarse.
- Las comidas abundantes o copiosas deben evitarse durante la noche.
- Se pueden implementar otras medidas como las terapias de relajación y la psicoterapia.
Tratamiento farmacológico
El médico especialista (psiquiatra) puede utilizar algunos tipos de medicamentos para el tratamiento. Entre estos medicamentos se incluyen los sedantes, los hipnóticos o los antidepresivos. Los medicamentos inductores del sueño deben ser prescritos por el especialista en las dosis y tiempos adecuados para la condición clínica del paciente. La automedicación por parte de la persona afectada no es para nada recomendable.
Enfermedades concomitantes
Como se ha indicado anteriormente, diversas enfermedades puede provocar falta de sueño (trastornos respiratorios, enfermedades cardiovasculares, problemas reumáticos, alteraciones digestivas, apneas del sueño, trastornos hormonales), por lo que el tratamiento en estos casos va dirigido a corregir o mejorar esas dolencias, para de esta manera mejorar el problema de la falta de sueño.
Dr William Bonifaz Bravo Doctor en Medicina y Cirugía
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