El disfraz de una religión: La moralidad de los actos
Cuando soñamos las cosas tienden a cambiar de un plano a otro de la realidad. Pero cuando despertamos no distinguimos cual es el lado correcto de las cosas. La vida a veces parece un sueño y como en un juego de póquer creemos tener la mejor mano de la mesa cuando simplemente tenemos un par de dos. Hace poco le di la noticia a mi padre: “Papá, soy bisexual”, quedó atónito, pero como buen padre supo afrontarlo, asumirlo y aconsejar a su hijo. Mencionaba demasiado las palabras: Dios, condenación, inmoral. Yo como hijo y hombre las escucho y entiendo, pero siento que no son la verdadera realidad. La religión pretende disfrazar la aceptación de la homosexualidad cuando en realidad lo único que hace es discriminarla en sus entrañas. “Te aceptamos como eres, pero debes cambiar…” ¡Por favor! no me vengas con esas. Una completa contradicción, una aberración que es como ellos se dirigen a lo que es desconocido para ellos. He investigado acerca de diversos temas de orden moral pero el más destacado es la homosexualidad y me parece absurdo querer cambiar algo que desde siempre he llevado conmigo, mi identidad sexual. Soy hombre, con mi virilidad y orgullo, con mi cuerpo y alma. Pero mi psicología, mis pensamientos, mis actos, mi ser en sí son bisexuales, no puedo negar lo que soy, lo que fui y lo que seré. La religión no me puede condenar, si un sacerdote me puede perdonar mis pecados, porque Dios que me creo con tanto amor no lo puede hacer. Yo cada mañana le pido perdón a Dios por ser diferente, no lo puedo cambiar. Le ayudaré en lo que pueda, siempre y cuando Él me acepte como soy. Yo sé que Él lo hace porque hasta ahora sigo vivo y lleno de alegría. Pero no quiero monopolizar mis artículos en homosexualidad.
La religión disfraza lo que en realidad es. Acaso es grave que un sacerdote tenga una vida oculta, fuera de su celibato y sus deberes religiosos eso sí que es una aberración. Yo pienso que Dios no juzgara a los hombres en general con la misma regla a todos. Eso me parecería una contradicción al pasaje: “Con la vara que midas serás medido”, por tanto yo creo que cada uno será juzgado según su moral, psicología, status social, género y sexualidad, junto con sus intenciones, ilusiones y creencias.
Quedando suyo afectisimo: Alberto Mc
somos iguales. pero me es dificil vivir asi, me gusta como piensas, me gustaria hablar mas al respecto.
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