La humildad en el liderazgo
Hoy se sabe que obedecer inteligentemente es más difícil que mandar: tener la capacidad de seguir a alguien que señala metas valiosas, es más difícil que obtener que otros me sigan. También se sabe que el que ignora como obedecer ignora también como mandar; no obstante, para la obediencia, si bien se necesita la humildad, quizá no se requiere siempre la humildad y la firmeza, tal y como acontece en el liderazgo; puede decirse que humildad y firmeza significan, especialmente, equilibrio. La actitud firme del hombre humilde consiste, en reafirmar la evidencia, aunque esta atente contra nuestra figura por tanto tiempo preservada, el liderazgo implica necesariamente rectificar errores pasados, que es también, una humillación solo enfrentable por los humildes, el líder incluye dentro de sí la convicción de no serlo, es decir es el convencimiento de no ser excepcionales, el encontrarse disgustadas de su modo de ser, buscando su continua perfección; el líder en su humildad debe tener una firmeza segura, porque ninguna persona normal desea ser guiada por alguien voluble, con la volatilidad de los sentimientos, el líder debe delegar en los demás la tarea de hacerse a sí mismos, ello implica tratar a nuestros subordinados como si alguna vez llegaran a ser jefes nuestros y seguramente lo serán si somos capaces de ese tipo de liderazgo; sin que esto se confunda con ser blandos, sino por el contrario lo que deseamos tener en un futuro es un líder de carácter, que desarrolle y fortalezca el nuestro, para ello no hemos de ser blandos; se precisa ser firmes pero humildes, pues sin esta última virtud no hay ninguna que lo sea, pues por el contrario nos convertiremos en soberbios, en nuestro país requerimos urgentemente de líderes que muestren dominio de sí mismos, que presten atención, que sepan apreciar y que animen, que sean auténticos, sin pretensiones ni arrogancia, que traten a los demás como si fueran gente importante, que satisfagan las necesidades de los demás, que no guarden rencor, que estén libre de engaños, que se atengan a sus elecciones y que dejen a un lado sus propios deseos y necesidades que siempre busquen lo mejor para los demás.
BLANCA BERTHA CHARGOY LÓPEZ.
BLANCA CHARGOY
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