Tu Matrimonio Requiere Esfuerzo
Una de las razones más importantes por las cuales se pierde el compromiso en la pareja y se enfría el amor es por falta de dedicarle tiempo y esfuerzo al matrimonio.
Solemos pasar interminables horas dedicando tiempo a nuestra profesión y al dinero, trabajamos todo el día, y hasta llevamos trabajo a la casa. Dejamos de pasar tiempo con nuestra familia para poder triunfar en el mundo laboral y profesional.
Y nuestra relación de pareja queda en un segundo plano. Es como si no importara, o al menos, no tanto como el trabajo. Y la realidad de los hechos es que para la felicidad personal, es más importante el matrimonio que el trabajo o el dinero.
Y si es más importante para nuestra felicidad la relación de pareja que el trabajo, entonces, ¿por qué no dedicamos también tiempo y esfuerzo a la relación? ¿Por qué tiene que pasar a un segundo plano?
Tu matrimonio también necesita tiempo y dedicación
Así como duraste muchos años en el colegio, en la universidad y en el postgrado desarrollándote como profesional, para obtener un trabajo sólido o un negocio rentable, así mismo tu matrimonio requiere esfuerzo.
El matrimonio no puede dejarse al azar. Si dejas que las cosas sigan su “curso natural”, notarás con el curso del tiempo que ese “curso natural” es el deterioro.
El amor, si no se cultiva, también se atrofia.
Nunca dejes que tu matrimonio quede al azar. Debes aprender a dedicarle tiempo, esfuerzo, energía y dedicación a tu relación de pareja, con el fin de que no se deteriore.
Dedícate a tu matrimonio
Deja la pereza. Tu relación de pareja también necesita esfuerzo y tiempo. Dale prioridad a tu matrimonio, pues es más importante para tu felicidad que tu profesión, por mucho que tu trabajo te genere satisfacción.
Algunos tips acerca de este punto:
Dedica buen tiempo de calidad a tu pareja cuando estén en casa. Pasa tiempo con tu cónyuge. Hagan cosas juntos. Coman juntos. Tengan momentos románticos más seguidos. Báñense juntos en la noche. Lo que quieran, pero juntos.
Jamás en tu vida se te ocurra llevar trabajo a la casa. Así como no llevas los problemas de tu matrimonio al trabajo (y allá a nadie le importan, créeme), nunca lleves trabajo a tu casa. Tu trabajo es tu trabajo, y tu hogar es tu hogar. Respeta la intimidad de tu casa. No abuses.
Sal más con tu pareja, invita de vez en cuando. O convida si no tienes dinero disponible, pero que se te ocurra algo para salir de la rutina.
Lee libros y revistas de matrimonio. Edúcate. Tu profesión necesitó mucha educación. Pues tu matrimonio también lo necesita. No es suficiente con lo que sabes. Jamás será suficiente.
Busquen ayuda profesional si están en problemas. Nunca dejes que los problemas “se resuelvan solos”. Jamás se resolverán solos. Tienes que ser activo. Si te queda grande, para eso están los profesionales.
Guillermo Mendoza Vélez, MD.
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