La naturaleza humana: concebidos para el movimiento
La primera: un trono Inca. El asiento exclusivo para el rey del momento y su esposa. Robusto y duro. Tallado en piedra de una sola pieza, no tiene ni una parte móvil, es todo uno. Enorme y muy pesado. Su diseñador, su constructor, no pensó ni en un momento en la posibilidad de moverlo algún día. Tenía que ser muy complicado desplazarlo, tanto para él mismo o para el rey, como para algún ladrón al que se le ocurriera robarlo.
La segunda: una silla de despacho. Flexible y “multi-articulada”. El reposacabezas se puede ajustar en altura. El respaldo lumbar puede variar en concavidad para adaptarse mejor a la curvatura del que se siente. La altura del eje central, también regulable, para poder apoyar bien las piernas. Incluso la posición de los reposabrazos se puede modificar. Ligera y fácil de desplazar. Con sus cinco ruedas, estratégicamente posicionadas para facilitar dicho desplazamiento. Así como su peso; aparenta ser bastante ligera. Al menos “algo” más que el trono Inca.
¿Cuáles son las principales diferencias entre las dos? A parte de la comodidad, claro. Una es la movilidad. Mientras el trono es totalmente inmóvil, la silla la subo, la bajo, me balanceo sobre ella y la puedo ajustar a las medidas de quien se vaya a sentar. ¿Cuántas tuercas, bisagras, tornillos, botones, palancas,… tendrá la silla? El trono no tiene ni una. Está clara la funcionalidad de los dos asientos en este sentido ¿no?
¿Y su capacidad de desplazamiento? Por su forma y peso, el trono es casi imposible de desplazar. Necesitaríamos varios hombres para hacerlo. Y acabaría agotados con sólo moverlo unos metros. Pero la silla… casi se mueve sola.
Realmente, los diseñadores de ambos asientos consiguieron su propósito, y cada objeto cumple con su función. ¿Y al ser humano? ¿Quién nos ha hecho así? ¿Quién es nuestro diseñador? La propia Naturaleza, ¿verdad? ¿Y por qué somos así? Nos fabricaría con algún propósito…
Segundo ejercicio, fácil y rápido. Obsérvate. Más o menos flexible, más o menos ligero. Piernas, brazos, una eje central superarticulado. ¿A qué te pareces más? ¿Al trono o a la silla de despacho? En principio (no seas cruel contigo mismo), a la silla, seguro.
Más de 200 huesos y de 600 músculos componen alrededor de tus 360 articulaciones. Yo lo tengo claro. ¿Y tú? La Naturaleza llevó al hombre a ser como es con una única finalidad (mecánicamente hablando): el MOVIMIENTO.
Ahora mismo me planteo si me muevo lo suficiente. O incluso si no me muevo nada, llevándole la contraria a la Naturaleza. Algo arriesgado, porque cuando le llevas la contraria…
¿Qué pasa si no me muevo? ¿Pierdo movilidad? ¿Flexibilidad? ¿Todo funciona bien o ya no me muevo con facilidad? ¿Duele?
Escucha Tu Cuerpo
Registro automático