Somos lo que hacemos
“Somos lo que comemos” se ha convertido en una de las citas más utilizadas en los últimos años en Occidente con el fin de concienciar a la población sobre la importancia de llevar una dieta equilibrada. El peso medio de la población ha aumentado considerablemente, y con ello las patologías cardiovasculares, articulares, linfáticas, etc. Pero hoy no quiero hablar sobre el comer.
Observémos desde más arriba. Somos lo que hacemos. El cuerpo humano, así como cualquier otro de los seres vivos del planeta (monera, protista, hongo, vegetal o animal), es un sistema caracterizado, entre otros aspectos, por su gran capacidad de adaptación. Adaptación con un claro objetivo: la supervivencia. Y para ello esta adaptación debe ser constante. No hay ni un solo momento en la vida de una persona, ya sea durmiendo, mirando la televisión, corriendo,… en que ésta no se esté adaptando constantemente a lo que sucede en el exterior (el entorno) y el interior (el propio organismo).
Por suerte, la Naturaleza ha obsequiado al ser humano, a base de miles de años de evolución, con la capacidad de aprender, entender y poder utilizar estas adaptaciones. Puedo variar mis hábitos para conseguir correr más, hacer mejor la digestión, sentarme de manera correcta, prevenir ciertas enfermedades,…
Por desgracia, no siempre utilizamos esa capacidad para llevar una vida más saludable. Si paso horas sentado, no puedo pretender moverme después con soltura. Si duermo pocas horas, no estaré fresco para rendir en mi día a día. Si escucho la música a tope en mi iPod, no tardaré en perder audición.
Y de esa manera la vida se convierte en un juego adaptativo en el que yo, realmente, puedo conseguir lo que quiera. Lo que yo me dé a mí mismo, eso es lo que seré. Si me doy ejercicio, seré ágil. Si me doy inmovilidad, seré una estatua. Si realizo estiramientos, seré flexible. Si vivo siempre en tensión, seré rígido.
Simplemente se trata de encontrar el equilibrio entre el estímulo y la relajación, entre la actividad y el descanso, entre la ingestión y la combustión de calorías, etcétera. Y con este objetivo, basándome en “somos lo que hacemos”, abro una nueva sección de artículos acerca de las adaptaciones y los cambios de hábitos que podemos ir realizando en nuestra vida para sentirnos mejor. El secreto: voluntad y constancia.
¿Estás preparado para empezar a hacer cambios? Muy pronto “Somos lo que nos movemos”.
Escucha Tu Cuerpo
Registro automático