¿Existen realmente las encuestas remuneradas por internet?
Cuando comencé a interiorizar sobre el tema encuestas remuneradas por internet me surgió una gran duda, seguramente la duda que a todos nos nace: ¿Son reales? ¿Existe realmente la posibilidad de que alguien me pague por rellenar una encuesta? Es normal mostrarse escéptico y responder sin mucho meditarlo “no creo que nadie pagaría por algo así”. Pero si nos detenemos un momento a pensar, sin necesidad de ver comprobantes, llegamos la conclusión de que sí existen
¿Quién de nosotros no se topó alguna vez con un muchachito/a fuera de un supermercado con una planillita en la mano que nos decía “¿señor/a, tiene usted un momento?” Luego ese momento se trasforma en algo así como 20 minutos, donde nos preguntan acerca de nuestras preferencias al comprar. Es un ejemplo de encuesta NO remunerada. Hoy por hoy, si nos quieren detener en la calle para entrevistarnos sobre un producto, ya aprendimos la lección: no nos detenemos porque estaremos allí casi media hora y nadie nos dará nada a cambio. Las empresas encuestadoras percibieron este cambio y concluyeron que la mejor forma de obtener un sondeo de mercado es pagando a los consumidores por sus opiniones.
Hace algunos años trabajé de encuestador. Una compañía testeaba qué productos utilizaban con más regularidad los talleres de reparación de automóviles. La encuesta tardaba media hora, yo entrevistaba a un aturdido mecánico que no veía la hora de que me vaya. Desde luego, a mí me pagaban, pero al mecánico ¡no! Eso cambió: ahora se le paga al mecánico directamente, prescindiendo del encuestador. Y como el mundo cambia con las tecnologías, en vez de realizarse a puño sobre papel, se envían mails a la cosilla de correo de los consumidores… en el fondo, son lo mismo ¿verdad?
Las compañías necesitan conocer las preferencias de los consumidores. No pueden comenzar a producir determinada mercancía a gran escala sin antes conocer la aceptación del destinatario; sería como jugar a la ruleta rusa, tal vez gocen de suerte y el producto tenga salida, pero puede que sea un fracaso y pierdan millares de dólares. Todos somos testigos de algunos de estos productos que fracasaron y rápidamente perdieron su lugar en las góndolas: no son más que malos testeos de mercado.
Por lo tanto, para reconocer estas tendencias, las compañías decidieron no enviar más jovencitos a las salidas de los supermercados o a los talleres de reparaciones. Descubrieron que una mejor encuesta se realiza si se da algo a cambio y el mejor canal disponible, capaz de llegar a millones de personas, es internet.
Así nacen las encuestas remuneradas por internet.
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