¿De donde vienen las tarjetas de presentación?
A mediados del s XIX un fotógrafo francés llamado André Adolphe Eugène instaló en Paris el estudio fotográfico más grande que se conocía hasta entonces. A través de la técnica de daguerrotipo (a través de la cual se plasma en una superficie de plata la imagen deseada) inició su negocio que rápidamente lo llevaría a descubrir otra técnica que era la de imprimir fotografías con un solo negativo, lo cual tuvo un gran éxito en el mercado debido a la disminución en el costo de las impresiones de las imágenes, además de que dentro de las placas en las que anteriormente se imprimía una imagen, con esta técnica se podían introducir alrededor de diez. De esta manera lo que se hacía era que se tomaban las fotos que posteriormente se cortaban y pegaban en otra tarjeta de cartulina que medía aproximadamente 9 cm. de largo por 6 cm. de ancho, las cuales fueron conocidas como “cartes de visite”.
Uno de los trabajos más conocidos y por los cuales se hizo famoso este personaje fue que a mitad de siglo retrató a Napoleón III y le diseñó sus “tarjetas de visita”, lo cual le dio fama y prestigio en el resto de Europa.
De esta manera, las clases acomodadas imprimían varias de sus fotografías y las firmaban y plasmaban sus datos sobre ellas, las cuales utilizaron como lo que actualmente conocemos como tarjetas de presentación.
En México el éxito de estas tarjetas también se dejó ver, aunque como es de esperarse llegaron tiempo después de que en Europa ya se encontraban en prácticamente todos sus rincones. No fue sino hasta principios del siglo XX que estas tarjetas se empezaron a comercializar, y debido a su gran demanda hubo que instalar muchos estudios fotográficos en las ciudades más importantes para poder cubrir la demanda que adquirió en tan poco tiempo. Estos estudios fotográficos imprimían en las fotografías el nombre y dirección del estudio, y posteriormente esta fotografía era pegada en la cartulina a modo de tarjeta de presentación. Regularmente se escribían algunos mensajes en la parte trasera de la cartulina a manera de dedicatoria. En estas fotografías por lo regular se tenía de fondo algún paisaje ó escenografías que mucho tenían que ver con la época ó bien escenografías para hacer parecer al personaje en un escenario en el que no estaba.
De esta manera al ver las antiguas cartas de presentación se puede acceder de cierta manera para conocer algunos detalles de la época.
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