Las raíces del mexicano y su implicación en la conducta laboral

Los habitantes de México, tal como los conocemos actualmente, además de tener una impresionante diversidad cultural, han pasado a través de su historia una serie de vicisitudes que inicia con el primer contacto que tuvo la población mesoamericana con los primeros visitantes europeos.

Puntualmente, sobresale el escenario de la conquista, la dominación, las plagas y la posterior colonización y casi esclavización de la civilización de México, en aquel entonces formada por las culturas del Valle de México y otros núcleos esparcidos en la geografía del país.

Ya alguna vez, diversos autores han descrito las implicaciones que ha tenido la historia en la personalidad del mexicano. Octavio Paz, es uno de ellos, quien en su obra “El Laberinto de la Soledad” fue capaz de describir y analizar las raíces de la personalidad, sus vicios, sus temores, sus paradigmas, sus actitudes hacia lo extranjero, el malinchismo, el rechazo hacia aspectos locales o autóctonos, el machismo y vida familiar.

Todo lo anterior repercute invariablemente en la vida laboral del mexicano pues el trabajo es sólo, un aspecto más de nuestras vidas. Es por ello que se ha podido definir  y difundir una cultura laboral propia del Latinoamericano y puntualmente del mexicano.

Si en los Estados Unidos de Norteamérica el habitante se realiza a través del trabajo, en México la actitud generalizada es de ser empleado a diferencia del vecino país donde destaca la innovación, la creatividad y el carácter emprendedor de la gente en su etapa laboral.

Es por ello que en México tenemos una gran responsabilidad de ‘alcanzar’ a nuestros países vecinos más desarrollados en temas como leyes laborales, cultura laboral, leyes comerciales y de tratados. Es en general un aspecto de compromisos puntuales si se considera la contribución de cada uno de nosotros en el desarrollo de nuestra familia, después empresa y finamente sociedad y país.