Concepto de género
Últimamente se está oyendo mucho la palabra género, generando controversia en muchos ámbitos y es necesario aclarar su significado en estos conceptos previos para centrar y aclarar el discurso posterior.
Los estudios de género se desprenden de la teoría feminista, cuyo principal objetivo en sus inicios fue sensibilizar a la sociedad de las desigualdades entre hombres y mujeres y conseguir derechos para éstas últimas.
El género lo define Light, Keller y Calhoun (1991) como “todas las características no biológicas asignadas a hombres y mujeres”, es decir, el asignar cualidades, roles, creencias, que no están en la persona por su sexo, sino que se asocian a la persona por lo que piensa y cree la sociedad donde nace.
En ocasiones se han considerado las diferencias como naturales cuando estas diferencias se sustentaban de expectativas, intereses o necesidades de la sociedad, confundiendo lo natural con las creencias de la sociedad en el momento histórico.
En los años ochenta, presionados por los movimientos feministas, varios foros internacionales acuerdan impulsar políticas a favor de las niñas y las mujeres. Entre estos podemos citar la IV Conferencia Internacional sobre Educación para Adultos, París 1985, la Conferencia Mundial sobre Educación para todos, Jomtien 1990, pero es en la Conferencia de Bijing en 1995 donde se delimitan metas, propósitos y actuaciones en materia de educación fomentando la no discriminación de las mujeres. En todos estos foros se avanzó sobre el reconocimiento de sexo y género, separándolos y, a la vez, estudiando las discriminaciones que sufrían las mujeres en todos los ámbitos de la vida para poner medidas contra esas discriminaciones y conseguir la Igualdad entre ambos sexos.
La contribución más importante de los estudios de género ha sido poner de relieve que se construye a partir del proceso de socialización, y este proceso ha sido diferente según seas hombre o mujer. Es decir, las actitudes sexistas dependen de cómo se realice la enculturación de las personas, el lugar geográfico donde nacen, la religión dominante, las tradiciones etc. No sufre las mismas discriminaciones una mujer blanca en Occidente que una mujer negra en un país de África. Las dos son mujeres pero los roles de cada una son diferentes, así como las expectativas de vida y de condiciones, porque la percepción que se tiene sobre la identidad, los roles asignados, las expectativas no nacen por ser mujer, sino por ser mujer en Occidente o en países no desarrollados.
Ángeles Álvarez (2007) comenta que el sistema de creencias es el factor clave en la aparición del sexismo, que discrimina a las mujeres y legitima la utilización de la violencia. Las creencias asociadas al género son fundamentales para que se produzcan actitudes sexistas y como la educación es fundamental para transmitir este sistema de creencias que condiciona las conductas, se debe prestar mucha atención en la educación de las nuevas generaciones para prevenirlas o para eliminarlas y erradicarlas si ya están asimiladas.
La sociedad tiene unas normas, unas actitudes y unos valores transmitidas de generación en generación; el hombre y la mujer influyen en la sociedad y ésta influye en las personas, produciéndose un flujo continuo entre la sociedad emisora, personas receptoras y personas emisoras, sociedad receptora. Y sí una sociedad es sexista, influirá en los hombres y las mujeres de esa sociedad, pero a la vez, si se erradican esas creencias en las personas se cambiará la sociedad.
Las políticas públicas hasta ahora sólo han puesto parches y no se han ocupado seriamente de este tema y tampoco en realizar una prevención eficaz de la violencia contra las mujeres. Las medidas adoptadas para erradicar todo tipo de violencia deben ser aplaudidas y celebradas, pero no se conseguirá avanzar en este camino si no se cambia el sistema de creencias imperantes en la sociedad, en la eliminación de las actitudes sexistas que impiden la igualdad entre los hombres y las mujeres. Y un ámbito de actuación para conseguir la prevención de estas actitudes, el cambio de creencias, el cambio hacia una sociedad igualitaria, es sin ningún género de dudas la educación.
La nueva Ley de Educación incide en el tema de igualdad entre hombres y mujeres como uno de los fines del sistema educativo, haciendo referencia a ella en todos los niveles, así como a la resolución pacífica de conflictos y el respeto a las diferencias, como también fomenta esa igualdad en la formación inicial y permanente del profesorado.
Si se quiere erradicar la violencia contra las mujeres se debe erradicar el sexismo, y este sexismo se podrá eliminar si se eliminan las actitudes sexistas en la educación, si eliminamos el concepto peyorativo de género.
Pilar Sanchez alvarez
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