Como hacer misiones
Alcanzar a los pueblos no alcanzados es uno de los desafíos más grandes que ha tenido la iglesia en toda su historia y fue, incluso, el primer reto de la iglesia primitiva, la cual se vio obligada a aplicar toda su fe, su conocimiento y el apoyo del Espíritu Santo para conquistar las naciones más diversas de su época. Desde la pequeña provincia de Palestina se dispersaron hacia el mundo conocido y pudieron llevar la Palabra de Dios a Chipre, España, Turquía, Grecia y aún a la propia Roma, capital del poderoso imperio de los césares del cual no es exagerado decir que era el dueño absoluto de la mayor parte del mundo conocido.
En los años posteriores los misioneros no vacilaron en dedicar su vida y aún ofrendarla para alcanzar vastas zonas de Europa, Asia, África y América. A pesor de todo el esfuerzo hoy queda una buena parte de la humanidad hasta donde aún no ha llegado el mensaje de salvación. Estos pueblos van desde culturas cerradas a creencias distintas a las suyas, hasta prohibiciones con penas severas a quienes se atrevan a divulgar un mensaje espiritual ajeno a sus costumbres tradicionales.
Sin embargo, la iglesia es consciente de que Jesús no hizo excepciones cuando dio una orden perentoria en este sentido, contenida en el capítulo 24, versículo 14 del libro de San Mateo: “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones…”
Este imperioso mandato nos obliga a pensar juiciosamente en alternativas como la preparación de creyentes de naciones vecinas de aquellas a las que se pretende acceder. Los creyentes chinos, por ejemplo, están en mejores condiciones de alcanzar a sus compatriotas. Jesús nos dio una orden para cumplirla y está a la espera de que le seamos fieles.
Por eso es necesario explorar todas las alternativas posibles como estudiar las múltiples culturas, etnias y lenguas existentes para abordarlas desde las diferencias pero también desde los aspectos que nos son comunes con ellas. Además se impone la necesidad de ir a donde los pueblos están, es necesario llegar a su territorio, superar las barreras idiomáticas, culturales y religiosas, pero también los obstáculos fronterizos para que los predicadores, bien sea en condición de trabajadores de oficios distintos al evangelismo, bien como ministros, desarrollen su trabajo en el entendido de que al hacerlo deberán hacerle frente a todo tipo de dificultades. Otra necesidad de la nueva generación de misioneros consiste en tener un entrenamiento que abarque las necesidades de su trabajo: Entre ellas tiene una importancia sin igual el conocimiento del inglés como idioma internacional y, ojalá de otras lenguas extendidas por el mundo.
La tarea no es fácil, nadie ha dicho que lo sea pero el compromiso con el Señor está vigente y lo estará por siempre. Nunca dejarán de escucharse las palabras de Jesús cuando ordenó la gran comisión en las palabras que la Biblia nos ofrece en las últimas líneas del primero de los cuatro evangelios: “Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he enseñado a ustedes…”
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitadocomo conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com
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