Esencia de una educación de calidad

“El objetivo de la educación debería ser más bien enseñarnos cómo pensar, que qué pensar – más bien mejorar nuestras mentes con el fin de permitirnos pensar por nosotros mismos, que cargar la memoria con pensamientos de otros hombres.” - William Butler Yeats

Hace ya algunos días asistí a una charla en el Centro de Estudios Públicos (CEP) sobre las características del sistema educacional finlandés dada por Inger Enkvist, académica sueca y autora de libros sobre educación.

Relataba que su interés en este tema nació al observar que los rendimientos de los estudiantes suecos en pruebas tomadas por la OECD y el Banco Mundial bajaron desde los primeros lugares hasta ubicarse en la primera quincena en muy poco tiempo. En cambio, Finlandia alcanzó el primer lugar y cada año aumenta la distancia con los países que le siguen.

Son tres los aspectos que, según ella, explicarían los buenos resultados: la calidad de los docentes, la selección en todos los niveles educativos y el reforzamiento para los estudiantes con problemas académicos. Además, existe un énfasis en el aprendizaje de lenguas ya que el 5% de los habitantes habla sueco y el 95% fines, por lo que los niños y jóvenes deben aprender ambos idiomas e inglés. Y así mismo, destaca la importancia de la enseñanza de conocimientos; existe un currículum nacional que por ley debe enseñarse en las escuelas detallando qué es lo que deben saber todos los niños y jóvenes en cada edad.

A primera mirada tiene sentido. A través del aprendizaje de lenguas se practican habilidades como la lectura y escritura, y por lo tanto se adquieren de mejor manera los conocimientos. Se selecciona a los más capaces para que ejerzan la docencia permitiendo que estos sean enseñados apropiadamente. Se refuerza a aquellos estudiantes con dificultades académicas por lo que los conocimientos son aprendidos por todos. Por último, la selección en el bachillerato y en las carreras de formación técnica, profesional y de postgrado es un incentivo para que niños y jóvenes se esfuercen por obtener buenas calificaciones.

Luego aparece la OECD y el Banco Mundial con sus respectivas pruebas, miden los conocimientos enseñados y ¡voila!, Finlandia obtiene muy buenos resultados.

Al parecer por fin ha aparecido la fórmula para que cada niño y joven obtenga una educación de calidad.

El asunto es que todos los años se discute sobre esta cosa llamada “educación de calidad”, más aún después de que se entregan los resultados de las pruebas tomadas en todas las escuelas del país. Las personas se indignan al saber que los estudiantes no la obtienen y  que las escuelas son incapaces de entregarla. Las autoridades políticas y los expertos opinan sobre todas las cosas que hay que cambiar. Los estudiantes protestan, los padres presionan. Bueno, al parecer todo esto ya es innecesario porque se sabe lo que hay que hacer y que funciona.

Pero qué tal si eso que llamamos “educación de calidad” no es lo que nosotros pensamos. Si  a las personas que caminan por las calles preguntamos qué es una “educación de calidad”, obtendríamos un sinnúmero de respuestas diferentes. Es muy parecida a esas frases que nadie sabe muy bien que significan, como “será atendido por un servicio de excelente calidad”. Si se preguntara nuevamente qué es un “servicio de calidad” lo más probable es que suceda lo mismo, muchas respuestas distintas.

Al parecer son frases que se definen por el uso de nuestra imaginación.

- Pero lo que miden las pruebas de la OECD y el Banco mundial es la calidad de la educación en distintos países. Lo mismo sucede con las pruebas que toma cada país en todas las escuelas.

El propósito de esas pruebas es medir si los estudiantes aprendieron los conocimientos enseñados en las escuelas. Nada más. Aún así, muchas personas vinculan el aprendizaje del currículum escolar con una educación de calidad, ¿son lo mismo?

Cuando terminan los doce años de escuela al parecer el concepto de qué es una educación de calidad ya no es lo que otro digan, sino que se convierte en una materia de opinión. No es algo concreto. Todas las personas eligen carreras distintas, aprenden conocimientos y habilidades diferentes. Al parecer es un asunto que compete a cada uno y es por lo tanto una elección personal.

En las escuelas no es así el asunto, lo que constituye una educación de calidad no es una materia de opinión para aquellos que aprenden sino lo es para aquellos que enseñan o que tienen injerencia sobre el sistema educacional. Incluso no es educación lo que se entrega en las escuelas, sino instrucción. Los estudiantes no se educan, se instruyen. ¿La diferencia?

Es bastante intuitivo. Educación son los conocimientos y habilidades que las personas eligen aprender por la razón que ellos estimen conveniente. La instrucción son los conocimientos y habilidades que algunas personas han decidido que otras deben aprender, por las razones que estos crean necesarias.

Así lo que miden las pruebas ya sea del Banco Mundial, de la OECD o de cada país es qué tan bien los niños y jóvenes son instruidos.

Lo que me pregunto es por qué algunas personas pueden tener la elección de qué aprender según sus gustos y preferencias, y otras no. Por qué algunas personas aprenden lo que no les interesa pero que ha sido decido que deben aprender, y otras no. Por qué algunas personas pueden educarse y otras son instruidas. No parece justo.

- Es que los niños y jóvenes deben aprender conocimientos básicos.

Si preguntas nuevamente en las calles qué conocimientos deberían aprender los estudiantes en las escuelas, lo más probable es que se obtengan los mismos resultados que en las encuestas anteriores: muchas respuestas diferentes. Al parecer los conocimientos necesarios son un asunto de perspectiva. Y sí, los niños deben saber leer, escribir y razonar matemáticamente, pero no olvidar que estas son habilidades sociales; se adquieren al estar expuestos a ellas y a través de la práctica. No hay razón suficiente para crear un ambiente donde se fuerce su aprendizaje.

- Es que si los niños no aprenden en la escuela no van a aprender.

¿Cómo es que cada persona aprende las cosas que necesita saber si es que no asiste a la escuela? Todos, todos los días, aprendemos cosas nuevas por iniciativa propia y no vamos a la escuela. ¿Puede ser esto posible para niños y jóvenes?

- Pero los conocimientos que se enseñan son útiles.

Es interesante observar lo que sucede cuando se encuentran (1) lo que otros consideran necesario que un estudiante sepa, contenido en el currículum escolar y (2) la utilidad real que estos tienen para una persona. Si los conocimientos y habilidades enseñados en las escuelas fueran útiles, nadie consideraría que no entrar a la universidad es un fracaso.

Es más, la única razón por la que se aprende lo que enseñan las escuelas es debido a que existe una prueba que mide esos conocimientos y que determina el ingreso a la educación superior, nada más. ¿Qué pasaría si cada universidad y carrera hacen una evaluación propia? Lo más probable es que los estudiantes que quieran estudiar ingeniería ya no vean la utilidad de estudiar química, biología o historia. ¿Es eso indeseable? ¿Es indeseable la libertad para aprender lo que uno quiera?

Además, si compiláramos todos los conocimientos que nos permitieron hoy en día saber todo lo que consideramos útil, ¿cuánta de toda la información que se adquirió en la escuela fue un aporte? ¿Un 5%, quizás 10%?

El asunto es que valoramos la libertad de expresar nuestras ideas y opiniones, de vivir el estilo de vida a nuestra elección, de practicar cualquier religión, de adquirir, vender o intercambiar bienes y servicios. Pero muchos olvidamos la libertad de adquirir las habilidades y aprender los conocimientos de nuestra elección que mejor sirvan a nuestro propósito en la vida, la libertad educativa.

Así mismo, consideramos que no es correcto restringir libertades o discriminar en base a género, raza, nivel socioeconómico u orientación sexual, ¿y por edad? Es claro que la libertad educativa solo la pueden gozar aquellas personas que han terminado sus doce años de instrucción, en su mayoría mayores de 18 años. ¿No es discriminación restringir libertades en base a las edades?

- Es que los niños y jóvenes son diferentes.

Claro que son diferentes; los niños son distintos a los jóvenes, los jóvenes a los adultos y los niños a los adultos. Pero no hay que olvidar que niñez, adolescencia y adultez son etapas del crecimiento de un ser humano. Un niño no es un adulto incompleto, es un niño. Y este tiene una curiosidad por aprender, como cualquier persona,  aquello que le interesa, le gusta o considera útil.

Lo que finalmente sucede es que existe una parte de la población que goza de la libertad de aprender según sus intereses, gustos y preferencias, y otra que no. Existe una parte minoritaria de la población que debe aprender lo que otros digan por la razones que estos establezcan y otra que no. ¿Es esto justo?