Aprovechar el desempleo para seguir formándose

En tiempos de crisis, lo primero es no exasperar y buscar soluciones originales que nos permitan continuar a flote mientras dura la marea. Las opciones son diferentes y hay para todos los gustos, no obstante hay que saber elegir la que más nos conviene a nosotros.

Tanto si somos jóvenes como si ya no lo somos tanto, siempre estamos a tiempo para formarnos. Nunca es tarde para aprender lenguas o realizar seminarios interesantes ya que, aparte de abrirte caminos al mundo laboral, te da un divertimento extra y conocimientos nuevos.

Sin embargo, una de las opciones más demandadas actualmente es la formación profesional. No sólo ofrece conocimientos prácticos para ser competente en un oficio, sino que además da la opción de llevar a cabo prácticas profesionales en diferentes empresas. Por eso es una buena alternativa para los jóvenes que no quieren realizar estudios superiores, o para aquellas personas que quieren cambiar de ámbito profesional y formarse en algo totalmente diferente.

Hoy en día hay infinidad de escuelas y centros formativos que imparten esta clase de enseñanzas, todos ellos oficiales y regulados por el Ministerio de Educación. Vale la pena, sin embargo, informarse de si hay alguna característica propia en cada una de las Comunidades Autónomas.

Otra adecuada opción es iniciar un negocio. Ahora mismo hay muchas propuestas y centros que apoyan a los individuos emprendedores. A menudo, de una idea simple pero bien organizada, puede surgir un trabajo próspero y atractivo. Sólo es cuestión de proponérselo y buscar la financiación necesaria. Es imprescindible incrementar la creatividad y trabajar mucho en la idea para conseguir un proyecto eficaz.

En definitiva, a pesar de los inconvenientes que nos ha traído esta crisis, todavía existen opciones. Es nuestro deber explorarlas todas y llevar a cabo la que mejor se ajuste a nuestra situación, procurando no decaer en el intento. De nosotros depende levantar la economía porque, como ya hemos visto, el Estado del bienestar no siempre se preocupa de nuestra supervivencia.