Esencialmente ¿Que es el Liderazgo?
Los principios básicos del Liderazgo son aplicables a todos los ámbitos de nuestra vida y tan antiguos como el hombre mismo, aunque son las sagradas escrituras las que nos ofrecen la evidencia escrita de los mismos.
Comúnmente, asociamos al liderazgo con ámbitos laborales ó institucionales.
Es suficiente que se reúnan dos ó más personas con un objetivo para que exista la posibilidad de liderazgo.
La elección corresponde a cada uno, en cada momento, cada persona tiene la oportunidad de tomar la decisión sobre los principios que aplicará en su vida.
Lograr ejercer influencia sobre las demás personas con un verdadero liderazgo, está al alcance de cualquiera y es algo que se aprende, pero que requiere un enorme esfuerzo.
Dado que corresponde a una decisión personal que demanda un gran esfuerzo, la mayoría de los que ocupan puestos de liderazgo no lo ejercen y se limitan a gerenciar.
En este punto resulta fundamental establecer la diferencia entre gerente y líder, entre gestionar y liderar.
La gestión no es algo que se haga con la gente, se gestionan las cosas y se lidera a la gente.
En las definiciones más tradicionales de liderazgo, mencionan al líder como “el jefe ó guía de cualquier agrupación”.
Pero James Hunter, en su libro “La Paradoja”, comparte un concepto mucho más abarcador y actualizado, define al Liderazgo como “El arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común”.
Desglosando las palabras claves, vemos que un “arte” es una destreza aprendida ó adquirida.
El liderazgo, que no es más que influenciar a otros, consiste en una serie de destrezas que cualquiera puede aprender y desarrollar, siempre y cuando se correlacionen el deseo apropiado a las acciones apropiadas.
El gran desafío consiste en influir sobre las otras personas, logrando que hagan nuestra voluntad involucrándose mentalmente y por voluntad propia.
Para comprender este punto, es preciso establecer una clara diferencia entre poder y autoridad.
Se entiende por Poder a la capacidad de forzar ó coaccionar a alguien, para que éste haga la voluntad de quien ejerce ese poder, a pesar de que preferiría no hacerlo.
Por el contrario, Autoridad es el arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que tú quieres, debido a tu influencia personal.
Resulta muy gráfica esta frase…
“Lo de tener poder es como lo de ser una señora. Si tienes que recordárselo a la gente, malo”
(Margaret Thatcher)
El poder es una capacidad que no exige inteligencia ni valor, pero conseguir tener autoridad sobre la gente requiere de una serie de destrezas especiales.
Pueden darse diferentes circunstancias, como estar en una posición de poder y no tener autoridad sobre la gente.
Inversamente, una persona puede tener autoridad sobre la gente, pero no estar en una situación de poder.
La situación ideal y el objetivo debería ser estar en una situación de poder y tener autoridad.
La manifiesta rebeldía que en ocasiones puede observarse en el plano laboral ó en el ámbito familiar, tiene que ver con la conjunción del “sometimiento al poder” durante mucho tiempo y la carencia de autoridad.
En el ámbito familiar, esta situación es la responsable de la falta de control que algunos padres tienen sobre sus hijos.
La pregunta que aparece entonces es…¿Cómo se consigue que los demás hagan nuestra voluntad?
La respuesta está en que no se trata de lo que decimos, sino de lo que hacemos, del ejemplo que damos.
Así como decimos “los niños aprenden lo que viven”, en todas las personas las huellas que quedan son las de nuestras acciones
Piensa en las cualidades de las personas que han ejercido gran influencia sobre tí, que hayan tenido autoridad, y aparecerá la respuesta.
Puede ser tu madre, tu padre, un profesor, un entrenador, un jefe, etc.
Si nos concentramos en esa persona que marcó positivamente nuestra vida y pensamos en sus cualidades, seguramente aparecerán características como: honrado, ejemplar, comprometido, atento, exigente, respetuoso, entusiasta, positivo, sincero, servicial, etc.
Estas cualidades tienen que ver con comportamientos adquiridos, son rasgos de carácter que van evolucionando con el tiempo.
El verdadero reto para el líder, consiste en identificar aquéllos rasgos de su personalidad en los que necesita trabajar y mejorar, lo cual requiere un gran esfuerzo.
Cuando queremos lograr que la gente haga cosas, nos encontramos siempre con dos dinámicas, la tarea y las relaciones humanas.
En este punto, lo más difícil radica en mantener el equilibrio. Se trata de realizar una tarea de calidad sin descuidar las necesidades de las personas.
Si contemplamos lo que sucede al educar a nuestros hijos, debemos inculcarles el orden, la disciplina y la responsabilidad sin perder de vista las necesidades afectivas y los espacios de juego. Sin embargo debemos tener cuidado en no confundir las necesidades de nuestros hijos con sus caprichos.
A modo de ejemplo podemos decir que en una institución como el matrimonio, la mayoría de los divorcios a los que se adjudica “problemas económicos” en realidad son producto de la pobreza en las relaciones humanas, en la falta de atención y de cuidado de uno hacia el otro.
En definitiva, las relaciones humanas son fundamentales tanto en la empresa como en la vida familiar y para que funcionen de manera saludable necesitan de su ingrediente más importante, la confianza.
Liliana Pages
"Negocios en Internet"
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Liliana Pages
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