Prosperar es sinónimo de bendición y no de suerte
Prosperar es sinonimo de bendición y no de suerte. Hay personas a las que vemos que todo le sale bien. Pareciera que tuvieran un iman para la fortuna y los buenos negocios. Cualquier cosa que emprendan les da buenos frutos y excelentes rindes. tendrán demasiada suerte o tienen alguna fórmula oculta que saben aplicar para el éxito?
Es probable que la suerte juegue como factor importante en algunos casos, ahora bien la suerte es producto del azar y la casualidad y, como tal no podemos fiarnos de ella para que nos vaya bien o tengamos éxito en la vida.
En cambio, la bendición divina es un factor decisivo y elemental que todos deberíamos tener en cuenta si queremos ver prosperar nuestra vida, nuestra familia, negocios, etc. No es necesario hacer un esfuerzo mental, físico, intelectual o de cualquier otra índole para obtenerla, es gratuita y disponible para cualquiera que reconozca a Dios como dador de la misma.
Nuestro creador está más que interesado en vernos triunfar en esta tierra, haciendo buenos negocios, ampliando nuestras capacidades, progresando, creciendo y aumentando nuestra familia en cantidad, salud, bienestar, felicidad, paz y amor.
Lo que sucede es que disponemos mucho tiempo para cosas que muchas veces no nos ofrecen soluciones o respuestas esperadas. Divagamos en busqueda de "la formula" para el éxito, la fortuna y la libertad financiera. Prosperar no es sinónimo de hacer bien las matemáticas sino que es un concepto mucho más rico que una simple cuestion numérica o de estadísticas. en las sagradas escrituras, figura el concepto de prosperidad ligado a la salud y al bienestar del alma (3 juan 2)."Esfuerzate y se muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moises te mandó. No te apartes de ella ni a distra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas".
Ese fue el mandato de Dios a Josué y hoy lo es para nosotros. Es decir, nuestra preocupación no debe ser el prosperar ni cuanto dinero hacemos, sino que todo ello es el resultado de nuestra intima relación con nuestro hacedor, y nuestra obediencia a reglas y leyes universales, contenidas en su palabra.
En definitiva, para definir bien los conceptos, la suerte puede presentarse en ciertas oportunidades, pero no es decisiva para marcar un rumbo exitoso y afortunado para tu vida. La bendición de Dios si puede hacerlo. La bendición divina es producto de una "causalidad" y no de la "casualidad". No es producto del azar ni reviste un caracter temporario o eventual, cuando la recibes, viene para quedarse y es permanente. Espero sus comentarios
Lic. Cristian Laborde
grupo prosperar ®
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