Privatización: Pérdida de espacios públicos

La ciudad de Santiago ha visto de forma incluso dramática, el acrecentamiento, de los espacios privados en detrimento de los públicos en estos años.

Las zonas públicas han disminuido de forma injusta e inequitativa más del veinte por ciento en menos de medio siglo.

Esto se ha producido en una combinación de lo legal y lo ilegal, lo político y lo puramente humano de ocupar algún lugar dónde vivir y multiplicarse y demandar servicios.

En ese trance ha sufrido la enajenación de las áreas verdes debido a factores políticos (asignación de estos espacios comunitarios, que no son del gobierno municipal) a particulares y prácticas que desconocen la complejidad y severidad del cambio climático como la quema y corte de árboles en la ciudad, ahora que los necesita más que nunca.

La grave crisis de las áreas verdes repartidas como botín político, sin autoridad legal para ello, es actualmente ventilada en los tribunales por comunidades afectadas que  sometieron a algunos favorecidos con esa lotería lesiva al bien común.

Una investigación encontró que en los últimos 48 años la tendencia privatizadora de zonas  urbanas ha sido cada vez más notoria.

De ese modo, en 1960 el espacio público ocupaba el 36.5 por ciento, (o sea 1.82 kilómetros cuadrados) y el área privada el  63.5 por ciento (3.18 kilómetros cuadrados) de la superficie total de la ciudad.

En  2009 esa relación, advierte el estudio, disminuyó porcentualmente a un 16 por ciento (14.60 kilómetros cuadrados) para el espacio público y se incrementó a un 84.0 por ciento (76.00 kilómetros cuadrados) para el espacio privado.

Durante ese período  la superficie total de la ciudad se incrementó 18 veces, para llegar a 85.60 kilómetros cuadrados.

Lo que correspondió (o se anexó) el universo de los sectores privados se elevó 24 veces (72.82 kilómetros cuadrados) en el período de casi medio siglo hasta la fecha y sigue incrementándose.

El  área pública creció apenas 8 veces (1.27 kilómetros cuadrados).

Sin embargo, advierte la investigación “espacio público y espacio privado el dilema entre lo propio y lo común,” la disminución porcentual del 20.5 por ciento que sufrió el espacio público se trasladó al incremento porcentual que se manifestó en el espacio privado.

Esta investigación así como otras que se detallarán a futuro se halla inserta dentro del Plan Estratégico de Santiago 2020.

Declara que la causa del fenómeno fue la estructuración de la ciudad a partir de un modelo de agregación de partes o sectores territoriales, “modelo por el cual de manera simultánea con el aval oficial o no, los actores estratégicos incorporan paulatinamente territorios a la trama”.

Observa asimismo que  al no contarse con una planificación estructurada del desarrollo urbano, el sector privado y las “invasiones”  ilegales inducen dónde y cómo estructurarse la ciudad.

Como resultado de todo ello, se ha notado una reducción de los espacios para el esparcimiento.

Por ejemplo, las áreas infantiles apenas se dejan sentir y hay una rara combinación de negocios privados de venta de bebidas alcohólicas, a donde suelen sus padres llevarlos por no tener suficiente especialidad disponible y por desconocer la ilegalidad y los riesgos de esa práctica, más acentuada en zonas periféricas.

En 1960 el espacio público estaba conformado en un 60.0 por ciento (1.10 kilómetros cuadrados) por el espacio público con funciones de conexión’ calles-avenidas’ y un 40.0 por ciento-0.72 kilómetros cuadrados, con funciones de esparcimiento.

En cambio, en 2009 ya había una modificación hacia un 79 por ciento (11.60 kilómetros cuadrados) y 21 por ciento (3.0 kilómetros cuadrados, respectivamente.

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Ing. Daniel R. Lagares

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