¿Qué depósito bancario me conviene?

Existen muchas clases de depositos bancarios pero probablemente no todos se ajusten a nuestras necesidades. Después de todo uno que ofrezca más intereses que otro igual no nos conviene porque no nos permite sacar nuestro dinero cuando lo necesitemos y lo que nosotros queremos es flexibilidad. O a la inversa. Nos ofrece flexibilidad cuando lo que queremos es rentabilidad.

Por eso, antes de contratar un depósito, tendríamos que sentarnos con tranquilidad, tomando un café (o igual mejor una tila, por si las moscas) y analizar lo que precisamos y lo que nos ofrecen.

¿Tenemos unos ahorros que no parece que tengamos que utilizar en un periodo corto de tiempo? Entonces es posible que un depósito con intereses altos nos convenga aunque nos penalice si sacamos el dinero del banco antes de 2 años (por poner una fecha). Nos daría igual si prevemos que no necesitaremos la cantidad depositada en dos años o más.

Si, por el contrario, andamos con el dinero justo de la nómina, el cual necesitamos para comer, vestirnos, pagar la casa y el resto de recibos… Da igual el interés que nos den si nos retienen el dinero durante varios años, penalizándonos al sacarlo antes de tiempo.

Por otra parte, a la hora de contratar un depósito, también tendremos que tener en cuenta las comisiones, si las tuviera. En este caso, qué duda cabe que la carencia de las mismas es siempre mejor pero, tal vez, un depósito con comisiones más altas pero que nos proporcione un mayor interés puede que nos convenga más que uno sin comisiones pero cuyos intereses sean pírricos. En este caso, se trata de echar cuentas y restar al beneficio bruto que obtenemos (interés) por tener nuestro dinero en x depósito el gasto (las comisiones) que nos acarrea las operaciones que tenemos (o queremos) llevar a cabo con el mismo.