Así es Dios
Lo siguiente, editado por razón de espacio, fue escrito por el filósofo Baruch de Spinoza a mediados del siglo XVII. Si alguien desea el texto completo con gusto se lo enviaré solicitándolo al correo crotatas@yahoo.com
Dios hubiera dicho: "¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!
Deja de tenerme tanto miedo. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... te llené de pasiones, limitaciones, sentimientos, incoherencias... libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.
Amado mío, esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?... ¿Qué aprendiste?...
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Estás aquí, estás vivo, este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti.
Jairo Alfonso Martínez Gómez
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