Estudio sobre TDAH en el aula.
Los niños y niñas con TDAH suelen significar una contrariedad para el buen funcionamiento de la clase, por eso debe tenerse en cuenta que pueden tener tanto problemas de aprendizaje como problemas afectivos.
El profesional de la educación debe enfrentarse a los problemas que supone la diversidad en las aulas diariamente, por eso es muy importante que éste disponga de las habilidades necesarias para poder solucionar los diferentes conflictos que puedan suceder.
Un tema muy importante son los niños y las niñas con necesidades educativas especiales, estos sujetos son vistos por sus compañeros, compañeras, profesores y profesoras como niños y niñas conflicto, porque van a otro ritmo y además entorpecen la clase. Los niños y las niñas con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), a menudo, suelen ser rechazados por sus educadores y educadoras por ser impulsivos/ impulsivas, poco atentos/ atentas y muy movidos/ movidas; esto a menudo afecta al resultado académico de estos estudiantes. Cada vez con mayor frecuencia los estudiantes con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son expulsados/ expulsadas, suspendidos/ suspendidas, repiten curso, desertan de la escuela, tienen problemas de socialización, experimentan rechazo, ridículo y castigo. Esto hace que la autoestima de los alumnos y de las alumnas con TDAH disminuya considerablemente.
A partir de los siete años ya se puede detectar este trastorno, el niño o la niña ya se encuentran en edad escolar; la escuela es un entorno donde a los niños y niñas se les exige una atención continuada, realizar tareas con una cierta planificación, responder a las preguntas con éxito, mantenerse quieto y callado. El problema es que los niños y niñas con TDAH no son capaces de controlar sus conductas, ello puede llegar a causarles un fracaso escolar, cosa que les sucede habitualmente.
El docente debe reconocer las necesidades de sus alumnos y alumnas y utilizar las estrategias necesarias de enseñanza que favorezcan el éxito en el aprendizaje.
Una herramienta muy valida para estos niños y niñas con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad son los programas de aprendizaje interactivos, porque son muy motivadores y estimulantes, y estos sujetos necesitan métodos que despierten su motivación y que tengan grados altos de estimulación, para captar su atención.
Marco teórico
En 1902 el pediatra británico Geoge Still describió un grupo de 20 niños con problemas parecidos a los que hoy presentan los niños diagnosticados de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad). Eran niños, según Still, con un "defecto de control moral". Esta era una especie de diagnóstico que Still definía como un déficit en el control de la actividad en conformidad con la conciencia moral. El pediatra implicaba conceptos religiosos propios de su época, como "pereza" y "maldad", en el trastorno en cuestión.
En 1947, Strauss y Lehtinen propusieron la primera denominación diagnóstica que perdura en el tiempo: "síndrome de la lesión cerebral mínima".
En la década de los setenta las clasificaciones internacionales, ICD-9 y DSM-II recogían este trastorno bajo el término síndrome hiperkinético de la infancia.
En 1983, Douglas diferenció las discapacidades específicas para el aprendizaje de las características esenciales del trastorno, señalando que lo sustantivo de éste no era la hiperactividad, sino la atención y sus disfunciones.
El DSM-II, Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (1980) asumió por primera vez el trastorno por déficit de atención, clasificado según dos subtipos: con hiperactividad y sin hiperactividad. Se describían tres áreas conductuales en las que se manifiesta el trastorno: inatención, impulsividad e hiperactividad.
El DSM-III-R (1987) anuló estas tres áreas de síntomas e incluyó de nuevo la hiperactividad como característica sustancial: trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Incluía una subdivisión en función de la gravedad del trastorno: leve, moderado, grave.
El DSM-IV (1994) se mantiene el término de trastorno por déficit de atención/ hiperactividad (TDAH), clasificándolo dentro del aparato dedicado a los trastornos por conducta perturbadora. Se reconoce tres tipos: TDAH combinado, TDAH predominante inatento, TDAH predominante hiperactivo/ impulsivo.
A lo largo de las distintas revisiones se mantiene el criterio de que el trastorno debe iniciarse antes de los siete años. Sin embargo, el DSM-IV señala que antes de los 7 años deben haber empezando los síntomas desadaptadores del trastorno por lo menos en dos ámbitos diferentes.
En 1997, el TDAH se concibe como el producto de cuatro factores: atención y aprendizaje; conducta impulsiva y autocontrol insuficiente; presencia o ausencia de trastornos comórbidos; entorno hostil.
Para este estudio es conveniente el análisis de los factores que afectan en el medio escolar a los estudiantes con TDAH en educación primaria:
Dificultades cognitivas: resolución de problemas; organización; inhibición de estímulos, conductas y respuestas; dificultad de mantener el esfuerzo en una tarea; tomar notas; completar asignaciones a largo plazo; habilidad para encontrar formas para el estudio; velocidad y desarrollo del lenguaje; organización en tareas que requieren explicación verbal; coordinación motora (caligrafía).
Control de las emociones: poder esperar permite a la mente tener tiempo para darle un significado personal a la información y recibir el contenido propio de la información. Los/ as niños/ as con TDA tienen dificultad para controlar las emociones; al dar una respuesta no le dan tiempo a la mente para separar el sentimiento de los eventos; esta conducta trae consecuencias como hostilidad de parte del ambiente, castigo, rechazo y en algunos casos perdida de amigos o dificultades en las relaciones interpersonales.
Ser capaz de utilizar el aprendizaje para enfrentar una situación actual (aprender de los errores): la habilidad de esperar permite recibir la información, retenerla y compararla con experiencias pasadas guardadas en la memoria. La persona con TDA al responder rápidamente no pueden retomar la información que posee de experiencias pasadas para responder adecuadamente a las preguntas.
Escuchar la voz interna y tener autocontrol: al esperar los pensamientos se internalizan permitiendo al individuo definir metas, planear, evaluar y medir consecuencias. El/ la niño/ a con TDA tienen dificultades para utilizar la internalización del pensamiento, por lo tanto, su conducta es inconsistente, tienden a tener poco control de la situación, su conducta para regulada por lo que le parece más estimulante en el momento, no siguen estructuras ni rutinas, poco persistentes.
Reconstrucción del pensamiento: para desarrollar la habilidad de resolver problemas, de dividir la información en partes, de sintetizar la información se necesita esperar. Los/ as alumnos/ as con TDA tienden a dar respuestas inmediatas, lo que dificulta la resolución de problemas o la expresión de pensamientos después de relacionarla con la información.
Otras dificultades: estrés en padres y hermanos, rendimiento escolar bajo, medicación con estimulantes, autoestima baja.
Laura Hernández Psicóloga y pedagoga en Barcelona Colegiada nº 16.832 en el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.
Registro automático