Maestros y sociedad: protagonistas de la transformación educativa

Educación en México: sin lugar a dudas, tema de debate, crítica, análisis, reflexión, pero también es asunto que permite plantear objetivos y en este sentido  de proponer y llevar a la práctica dichos planes.

Y es que, como en cualquier otro ámbito, las miradas,  señalamientos y  las opiniones se refieren a los protagonistas y actores de un  contexto determinado. Hablando de educación; el objeto de crítica es  un sistema educativo de baja calidad, poco preocupado por satisfacer las necesidades reales de los niños y jóvenes que en un futuro habrán de tomar las decisiones que lleven al país a su desarrollo.  De estas deficiencias, se culpa también al gobierno; que al no dirigir los recursos de los que se dispone en esta materia de la manera adecuada, no permite que el ejercicio educativo se lleve a cabo con la calidad que se requiere. La política y en muchas de las ocasiones, intereses personales o de algunos grupos, intervienen de manera negativa en la distribución de tales recursos, lo que imposibilita llevar a la práctica proyectos de mejora continua.

Sin embargo, haciendo un repaso general de los distintos momentos históricos que ha vivido México en materia educativa, se podrá observar que sin duda el mayor protagonista de dicho sistema es el docente, quien ha sido y es en la actualidad uno de los motores generadores del desarrollo educativo y en consecuencia también del alcance socioeconómico y cultural de un país.

Los docentes o maestros, han ido evolucionando en cuanto a que cada época ha requerido satisfacer necesidades específicas. Los alumnos y los maestros de hoy en día por supuesto que no son los mismos que hace 10 años o inclusive menos, el avance tecnológico y el contexto actual  es diferente en gran medida.

Ahora bien, en general todos los antecedentes históricos en cualquier contexto, y en específico en el educativo, deben ser de nuestro conocimiento para poder reflexionar sobre los errores cometidos y aprender a valorar el papel tan importante que tiene un docente no solo como  transmisor de conocimientos, sino como transformador de personas.

Respecto al desempeño docente en nuestro país, es interesante recordar  que en 1823, cuando México se había convertido en país independiente, los maestros ya tenían posibilidad de formarse y capacitarse para desempeñar su labor de manera formal al fundarse la primera Escuela Normal que en este entonces se encontraba bajo la tutela de la Compañía Lancasteriana, dos años más tarde, la escuela Normal ya tenía mayor difusión, con lo que se incrementaría el concepto de Normalismo y la tradición de formar docentes para la escuela pública.

Hacia 1833 con el gobierno de Valentín Gómez Farías, se crea la Dirección General de Instrucción Pública, (misma que es antecedente de lo que hoy se conoce como Secretaría de Educación Pública).  Más tarde con la Constitución de 1857 y el artículo 3º., referente a la educación obligatoria, laica y gratuita, se permitió que la posibilidad de involucrarse en la enseñanza se hiciera posible para quienes tuvieran interés de ejercerla, ya que también en este artículo constitucional se refuerza que “la ley determinará  qué profesiones necesitan título para su ejercicio”. Con ello se da apertura para que varios profesionistas pudieran ejercer la labor docente.

Con la creación del libro de texto en el gobierno de Ávila Camacho (1940-1946), bajo la responsabilidad de la  Secretaría de Educación Pública (1921 por José Vasconcelos) que durante este periodo estaba dirigida por Jaime Torres Bodet, y en conjunto con el Plan de Once años, se pretendía acabar con el rezago educativo existente, modificando programas de estudio y ofreciendo mayores oportunidades de actualización docente. A pesar de ello, no se consiguió  elevar el nivel educativo del país de acuerdo a los objetivos establecidos.  

Ya desde entonces, el maestro era mal pagado y su condición laboral no era la mejor, los maestros que llegaron a sobresalir en su labor, eran quienes de verdad sentían esa vocación y amor por servir a los demás.

Entre los  maestros que ha tenido México en distintas épocas y que han sido personajes ejemplares respecto a sus logros en pro de la educación del país, se encuentra Justo Sierra Méndez (1848-1912), quien lanza un  proyecto para promover  la  educación primaria  obligatoria y a pesar de que fue  abogado de profesión, además ensayista, poeta, y escritor; se interesó mucho por resolver deficiencias sociales, económicas y políticas a través de la educación. Su ideario,  pugnaba porque la educación de la época diera como resultado una sociedad más ordenada, productiva y eficiente. Justo Sierra pugnó también por lograr la autonomía de los jardines de niños, el reconocimiento al gremio magisterial y, a nivel superior, la reorganización de las carreras de medicina, leyes, ingeniería, las bellas artes y la música, así como el logro de elevar a categoría de ciencia a la arqueología y el proyecto de dotar al país con una universidad libre, el cual fue materializado 30 años después, con la creación de la Universidad Nacional en 1881. Sin duda, un ejemplo muy claro de la verdadera vocación.

La situación actual de un docente de cualquier nivel educativo en el país sigue siendo sumamente criticada, y lamentablemente la sociedad no valora esta labor como en otros lugares del mundo, ello entre otras causas, de acuerdo a los estudios y estadísticas que específicamente la OCDE ha estado realizando.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, ha sido una organización que desde 1960 se encuentra integrada por un grupo de 34 países, entre los que se encuentra México, (que se unió en el año 1994). Entre los objetivos principales de la OCDE, se encuentra el apoyo para el desarrollo económico tanto de los países miembros, como de algunos otros,  procurar la expansión económica a nivel mundial, e intervenir en los procesos de desarrollo para lograr el progreso en los distintos países, y en consecuencia contribuir al desarrollo económico mundial.

Uno de los programas que componen a la OCDE, es el PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos) en el que se hacen evaluaciones de los niveles educativos de los alumnos al concluir su etapa de educación obligatoria (15 años), se trata de un proyecto muy importante que pretende ofrecer información detallada de modo que los países evaluados tomen las decisiones pertinentes para mejorar su calidad educativa.

El contenido de estas  evaluaciones se forma a partir de las capacidades, habilidades y destrezas que un alumno pudo haber adquirido para enfrentar un problema y resolverlo del mejor modo. Con ello se evalúan tres áreas específicas: competencia lectora, competencia matemática y competencia científica.

Un ejemplo claro es el resultado que arrojan los resultados de estos estudios en los que se determina que Finlandia es el país con el mayor nivel de educación a nivel mundial, y ello gracias en gran medida a la preparación y empeño de los maestros, también se distingue por la característica de ser uno de los países que invierten menores recursos al rubro educativo,  (de cada 100 euros del PIB, se destina solo 1 a la educación) pero éstos se organizan de un modo tal que las escuelas en un 90% son de gobierno, se ofrecen desayunos, material de trabajo, libros, apoyo psicológico y de servicio social obligatorio y gratuito, al igual que consultas nutricionales una vez al año por cada niño. Ningún alumno se queda rezagado por reprobación, o repetición de cursos, simplemente esto no existe, ya que quienes presentan dificultades de aprendizaje, son vinculados con asesores especializados dentro de la misma escuela para que resuelvan sus dudas y nuevamente sean incorporados al programa de manera normal.

En un reportaje sobre la educación en Finlandia, los maestros comentan que los niños tienen la obligación de asistir a la escuela a partir de los 6 o 7 años de edad, cuando ya han adquirido madurez cognitiva y son más conscientes del aprendizaje, la lectura y escritura es aprendida a su ritmo y además se les proporciona obligatoriamente la educación en español, inglés y finlandés, ya que gran número de alumnos son hijos de inmigrantes de diversos países.

Los maestros son elegidos de manera muy minuciosa y exigente, simplemente basta mencionar que para quienes desean entrar a la carrera Magisterial deben cursar una carrera de 6 años, y quienes pueden acceder a ella, son alumnos egresados de bachillerato con un promedio mínimo de 9, el gobierno finlandés ofrece una cantidad al mes a cada estudiante para su mantenimiento y renta de una vivienda cercana a la Universidad, además de que durante sus estudios para lograr ser docentes, se les envía durante 6 meses a escuelas para empezar con sus prácticas frente a grupos, siempre asesorados por sus maestros.

No hay más que decir en este sentido, definitivamente la clave está en VALORAR LA PREPARACIÓN Y EL TRABAJO de los maestros, se sabe de antemano que para alcanzar un nivel educativo de tal magnitud se requieren transformaciones no solo de forma, sino de fondo. 

Recientemente la polémica puesta en cine del documental “De panzazo”, que fue producida por una organización llamada Mexicanos Primero y escrita por  Carlos Loret de Mola, muestran datos sobre los resultados que obtuvo México en el estudio correspondiente a 2006, en el que nuestro país mostró el puntaje promedio más bajo de los 34 países de la OCDE.

Relacionando los resultados de PISA con los de las evaluaciones nacionales, la mayoría de los alumnos que concluyen la secundaria tienen dificultades muy marcadas de comprensión lectora y habilidad matemática con respecto de lo que se considera deseable como mínimo en el comparativo internacional.

Una crítica que puede hacerse en ese sentido al documental “De panzazo”, es justamente, que en la mayoría de su contenido, se critica fuertemente a los maestros y al sistema educativo, a las autoridades y responsables de la educación, sin embargo también es necesario reconocer a quienes están dedicados  por vocación y entrega a esta profesión.

De esta manera, se podrían seguir nombrando datos y cifras que seguramente no resuelven el problema del rezago educativo, pero no es ese el asunto en el que se enfoca este artículo, sino en dar un panorama general del estado actual de la educación en nuestro país y de acuerdo a ello, retomar la reflexión sobre el papel que el docente tiene en relación directa con esta deficiencia; aunque NO es responsabilidad únicamente de los maestros el resolver tales retos, es un trabajo conjunto de padres de familia, autoridades, y sociedad en general.

Para concluir, en el caso de nuestro país, se pueden formular distintas preguntas para reflexionar sobre este asunto: ¿de qué manera se están incorporando los maestros al sistema educativo? ¿existe realmente una preparación adecuada para quienes desean ser maestros? ¿qué está sucediendo con la actualización docente? ¿para qué evaluar a los maestros, si posteriormente no se hace una retroalimentación?, estas entre muchas otras preguntas son las que como ciudadanos deberíamos hacer, pero sobretodo, exigir que las respuestas sean claras y reales sin admitir solamente frases alentadoras y llevar a cabo las acciones pertinentes.

Estimados lectores, es hora de empezar a actuar, padres de familia; no se conformen con llevar a sus hijos a la escuela durante 6, 9, 12 o más años, estemos pendientes de la calidad de la educación que reciben, es necesario saber que la función más importante de la escuela es FORMAR CIUDADANOS Y PERSONAS de manera integral, no solamente que aprendan lecciones de memoria y hagan exámenes periódicamente para “evaluar” su desempeño… el verdadero reto de la educación es lograr desarrollar en los niños y jóvenes las capacidades y habilidades de resolver problemas, situaciones cotidianas, porque finalmente la vida es eso, una constante lucha por tomar las mejores decisiones y sobre todo, si queremos que nuestros hijos estén bien preparados para su futuro, reconsideremos y revaloremos el trabajo de los maestros, indistintamente del nivel académico, de la edad, del estatus social, si es de escuela pública o privada,  porque ésta será una de las maneras de elevar la calidad educativa del país. La educación no debe permitir diferencias, la igualdad de oportunidades es indispensable si queremos transformar el rumbo del país.

A los Maestros cuya prioridad es ejercer profesionalmente su labor, tengan por seguro que la sociedad sabe que ustedes son los responsables en gran medida de los logros que como adultos hemos cosechado, y por ello ahora están en sus manos las nuevas generaciones que serán el reflejo del desarrollo del país en un futuro.

El responsabilizar a un sistema, a un gobierno, a una o varias personas en particular, no es la manera en la que se puede lograr un cambio, y hablando de educación, lo más conveniente es empezar a trabajar en uno mismo, en reconsiderar qué es lo que se ha hecho bien y en dónde se debe poner más empeño para mejorar en lo particular, como padres, como ciudadanos, como sociedad en general, ya que de este modo este efecto se multiplicará y poco a poco se podrán observar cambios positivos.

La transformación está por iniciar si a partir de hoy  se trabaja en ella.