Iniciación al Aprendizaje de un Instrumento Musical: cuándo Comenzar y qué Instrumento Elegir
Una de las mayores expectativas de numerosos padres con hijos pequeños es que desarrollen un talento artístico, y en el caso de muchos, el deseo es que se dediquen al aprendizaje de un instrumento musical. Como sabemos, la música es una estrategia para desarrollar en los niños un sinnúmero de aptitudes necesarias para la vida, además de ser una experiencia enriquecedora y placentera.
Sin embargo, no son demasiados los que están seguros de la edad más apropiada para la iniciación musical ni de la orientación adecuada, por lo que comúnmente se cometen errores en ese sentido, llevando a la frustración a pequeños que aún no estaban listos para el aprendizaje de uno u otro instrumento, o que simplemente, no sentían interés alguno en la música.
Si bien, se dan casos excepcionales de niños de menos de cuatro años, con disposiciones extraordinarias para la música y que estudian un instrumento de manera muy avanzada, hay que tener en cuenta que existe un camino adecuado para la inmensa mayoría de los niños que comienzan su educación musical, de manera que se convierta en motivo de goce y no de tortura.
Es importante entonces, que antes de los seis años se opte por clases colectivas de iniciación a la música donde, antes que tocar un instrumento en particular, los niños aprenden los rudimentos del lenguaje musical de manera amena y divertida, acercándose a éste desde la práctica con juegos musicales de movimiento, ejecución de pequeños instrumentos de percusión, aprendizaje de sencillas canciones y rondas infantiles, entre otras actividades, que construyen un camino de disfrute y experimentación musical desde sus propias vivencias en el salón de clase, sin introducirlos aún en el campo de la teoría musical.
Luego, a partir de los siete u ocho años, pueden comenzar un primer ciclo en el aprendizaje de un instrumento musical con la flauta dulce o el piano, cuyas digitaciones son muy fáciles de asimilar y en los que es posible empezar a tocar melodías sencillas desde el principio, al mismo tiempo que inicia el proceso de lectura musical básico. Sin embargo, muchos niños eligen algunos muy conocidos como guitarra, violín, flauta u otros instrumentos de la orquesta, alguno de los cuales puede llegar a ser su elección definitiva, o el convertirse en la forma para conocer otra opción que llene sus expectativas.
No obstante, ante el dilema de elegir el instrumento más adecuado para el niño, es crucial que el niño elija cuál instrumento quiere aprender. Este es el secreto para que su camino en la música sea el más provechoso y su motivación no decaiga.
Por último, es pertinente decir que el objetivo principal de la educación musical y la elección de un instrumento en la infancia es contribuir al desarrollo emocional, intelectual y psicomotriz del niño, la formación de la sensibilidad artística y el adecuado empleo del tiempo libre. El desarrollo de una futura y exitosa carrera musical puede venir por añadidura, sin que esta expectativa se convierta en motivo de presiones excesivas por parte de los padres y maestros.
Clara Paz
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