La deserción escolar a falta de cubrir sus necesidades básicas
La deserción escolar continúa siendo un importante problema de la educación; más de la mitad de los niños matriculados desertan antes de terminar la educación secundaria, esto a pesar del hecho de que en ningún país del mundo se ha prestado tanta atención a la culminación de la escuela secundaria como una meta de la educación mínima. Las causas de la deserción son muy variadas, algunas se presentan solas o se conjugan entre sí, se hará mención de algunas de ellas.
Si no se tienen cubiertas las necesidades básicas tanto fisiológicas como psicológicas, puede ocasionar dificultades en el niño, por mencionar algunas de ellas encontramos; el alimento, el sueño y el reposo en las fisiológicas; y pertenencia, superación, reconocimiento y estimación en las psicológicas.
A falta de una buena alimentación los maestros reportan que los niños a menudo se encuentran inquietos e irritables, especialmente si no han tenido un desayuno adecuado, los malos hábitos de sueño y el reposo dan como resultado fatiga física, ocasionando problemas de conducta, falta de cooperación, atención e irritabilidad.
No menos importantes son las necesidades psicológicas en donde todos nos sentimos con la necesidad de pertenecer a un grupo y recibir de éste afecto, reflejándose en el desenvolvimiento del niño en la escuela; las necesidades de superación, reconocimiento social y estimación; están estrechamente relacionadas, la satisfacción dada por personas a las cuales se les da un interés afectivo como pueden ser familiares, amigos y profesores, y al no cubrir estas necesidades se presentan problemas, pues no se tiene una seguridad emocional, ya que muchos niños carecen hasta de una base familiar.
A pesar de la pretendida igualdad de nuestra sociedad, existen diferencias de clases que ejercen un afecto perjudicial en todos los aspectos del desarrollo, particularmente cuando es parte de un complejo síndrome de “pobreza”.
Desde que el niño de clase inferior se inscribe en la escuela encuentra frustraciones sistemáticas en ellas. No solamente carece de disposición, sino empeora progresivamente al tratar de enfrentarse a un plan de estudios con instrumentos inadecuados, esto origina el no contar con una disposición intelectual y académica.
El hogar obviamente desempeña un papel principal en la socialización del niño, los padres son los agentes exclusivos de cualquier predisposición social, las influencias ambientales que proporcionan, a parte de ser persistentes y acumulativas, son extremadamente poderosas por razón del papel critico que desempeñan los padres en la relación entre ellos y sus hijo y la alta receptividad de éste a dicha edad, pues de ellos se aprenden muchas rutinas de conducta y si estas no son las apropiadas para los fines y propósitos de las instituciones educativas, puede que el niño tenga conflictos con personas del grupo y especialmente en el aprovechamiento escolar.
La influencia de la escuela no es menos importante, pues los maestros poseen la clave para una satisfacción y realización o a frustración y auto derrota. Con demasiada frecuencia, la escuela es un instrumento para infligir a ciertos niños el concepto de que son: inadecuados, informales e inútiles. Debido a la heterogénea naturaleza de las clases, la exclusiva reacción a los errores, al fracaso o a las insuficiencias personales, esta categorización puede ser devastadora para la motivación del estudiante, orillándolo a reaccionar con mecanismos de defensa inadecuados, como son: la negación del fracaso, el aislamiento, el rechazo, rebeldía y agresión, en ocasiones puede llegar a caer en cuadros depresivos.
Frecuentemente la escuela no puede coordinar sus esfuerzos con las metas, los propósitos y las necesidades del niño. Desafortunadamente gran parte del plan de estudios de las escuelas no presta atención a lo que el estudiante le interesa; pareciera que la única preocupación de los maestros es la de preparar a los alumnos para aprobar los exámenes estandarizados. Todo esto provoca que los niños asistan ala escuela con falta de disposición para aprender.
Debemos reconocer que muchos factores conspiran para disuadir del aprendizaje a los alumnos: limitaciones mentales, bloqueos emocionales, distracciones ambientales, mala enseñanza, plan de estudios inapropiados, presiones de compañeros, maestros, familiares, etc.
La posible ayuda se daría incursionando en todos los aspectos que se encuentran deteriorados en el niño a manera de terapia, existen varias técnicas que pueden ayudar a uno o varios problemas como son: la desensibilización sitemática, las aproximaciones sucesivas, contracondicionamiento, contingencias ambientales, manejo de tiempos, entrenamiento afectivo, entrenamiento de relajación terapia racional emotiva e intervención sistémica; la elección de la técnica esta basada en el enfoque del psicólogo, pero se debe tener cuidado de elegir la apropiada para el tipo de conflicto y dinámica que tenga el niño y su entorno.
Aunque la solución no se alcanzara de la noche ala mañana; eta es una cuestión de larga perseverancia.
Reflexiones Psicológicas
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