Criterios de Evaluación - Un recurso para el profesor y el alumno
No toda práctica de evaluación resulta igualmente acertada para valorar el aprendizaje de procedimientos básicos. La evaluación en el proceso de enseñanza y aprendizaje con finalidad reguladora es el recurso del que el profesorado y el alumnado se sirven conjuntamente para conocer lo que ocurre y regular continuamente el proceso, orientándolo a conseguir los objetivos previstos. El carácter continuado, procesual, contextual y estratégico de la evaluación reguladora en el proceso de enseñanza-aprendizaje es especialmente útil para poner de relieve los aspectos intencionales, deliberativos, reflexivos y de toma de decisiones característicos del uso de procedimientos y el grado de dominio conseguido por el alumno (que para algunos autores se cifra en su generalización y automatización.) Dicha evaluación ayuda al alumno a autocontrolar el proceso de aprendizaje gracias a que el profesorado le presta las ayudas que necesita no sólo para que pueda aprender, sino para aprender a aprender mejor. Las actividades y tareas que favorece una práctica de evaluación reguladora, útil para aprender el uso estratégico de procedimientos, suelen cumplir los requisitos siguientes: Tienen sentido para el alumnado. Implican un grado de participación elevado. Se plantean como situaciones problemáticas que favorecen la toma de decisiones: qué hacer, por qué caminos, con qué medios, etc. Incluyen momentos de reflexión para planificar la actuación y poder reorientarla, decidir modificaciones y reconstruir el proceso. Favorecen la cooperación y el intercambio. Favorecen que el alumno justifique las decisiones que toma y valore lo que ha funcionado mejor y las dificultades encontradas. Permiten la transferencia del contenido aprendido a otras actividades en una misma área del currículo o a diferentes ámbitos de saber y experiencia. Favorecen generalizaciones parciales y diferenciaciones específicas. En condiciones distintas, el alumno podrá decidir qué modo de actuaciónes más efectivo. El equipo de profesores planificará la enseñanza de los procedimientos básicos, dado su carácter transversal, implicando al alumnado en tareas de enseñanza-aprendizaje interdisciplinares complejas. Los talleres, los proyectos, etc., y, especialmente en Educación Secundaria, los créditos de síntesis y de investigación son ejemplos de dichas actividades. Asimismo , para que el alumno pueda dominar los aspectos diferenciales que implica el uso de procedimientos básicos en ámbito de conocimiento y de enseñanza-aprendizaje variados es necesario que los profesores aborden este tema más allá de los límites del aula y se pongan de acuerdo, por ejemplo, en temas tales como éstos: solucionar problemas en matemáticas, ¿supone lo mismo para el alumno que solucionarlos en plástica o en música?; describir en lengua o en ciencias, ¿supone para el alumno hacer lo mismo?; justificar en matemáticas, ¿supone saber hacer lo mismo que en ciencias sociales? En suma, las actividades de enseñanza y aprendizaje de procedimientos suelen entrañar un desafío aceptable para el alumno, requieren la aplicación de lo que tenían previamente aprendido, suponen la coordinación de distintos procedimientos y la toma de decisiones entre caminos de acción alternativos, permiten la introducción intencional de cambios en las condiciones de trabajo durante la ejecución y la regulación continuada de la actividad.
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