El poder en la actividad del líder
Es sabido que la persuasión y la influencia que un individuo ejerce sobre las demás personas que conforman un equipo de trabajo u organización determina en gran medida el concepto de poder.
Dicho concepto ha sido polémico siempre y ha generado controversias por ser un arma de dos filos: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe de manera absoluta. ¿Acaso no sugiere que los líderes deberían evitar el poder porque de manera inevitable incurrirían en un abuso?”.
Es extenso el debate sobre la doble moral en que puede incurrir un directivo, ya que igualmente existen dos vertientes en las que aparece un delgada línea que muchos consideran de características éticas. Unos consideran que el poder, influencia y persuasión deben ser usados con fines nobles, sin manipulación de por medio para obtener recompensas y logros colectivos en pos de la misión de una organización o persona. Pero otros argumentan que en el mundo actual (y de otras épocas) ha existido siempre el ‘juego’ del poder y sólo lo obtienen quienes ‘participan del juego’.
Evidentemente se podría argumentar también que el fin justifica los medios pero basta decir que las figuras de gente influyente y poderosa comparten un perfil que ha sido determinado por la historia de las organizaciones y empresas. Que si el devenir del neoliberalismo y capitalismo ha generado un específico tipo de personalidad, quizá sea la cuestión principal puesto que en otras circunstancias quizá dicho perfil se orientaría hacia otras esferas o modos de liderazgo.
Sin embargo son comunes los rasgos, características y comportamientos en los líderes:
Tienen acceso rápido a los responsables de tomar las decisiones.
Tienen capacidad de gestión.
Tienen la habilidad para transformar el poder en influencia interpersonal.
Tienen una personalidad magnética, las personas desean trabajar con él.
Incurren en sacrificios personales incluso arriesgan su bienestar al luchar por su visión.
Recomiendan el uso de métodos no tradicionales para alcanzar metas comunes.
Tienen un agudo sentido de la oportunidad.
Aún más, la gente con poder e influencia está consciente del efecto que generan en la gente que los rodea, se involucran a través del contacto directo, hace que su nombre aparezca en informes importantes a altos directivos.
En lo que respecta a la connotación altruista, los líderes poderosos destinan energías a solucionar problemas pues saben que obtienen poder al ayudar a otros a hacer frente a la incertidumbre.
Como reflexión: “es deber moral de todo individuo que ostente el poder, ejercer un noble liderazgo con fines que engrandezcan su nombre, el de su equipo y que sean capaces de hacer historia” – Ferranti Rice.
Armando Chávez Plascencia Programa de Maestría en Liderazgo Desarrollador ICES - CFE
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