Cómo sazonar la carne estilo Monterrey ¡Ajúa!
Conviértete en el rey del asado, después de leer ésto, tus días de parrilla van a ser totalmente diferentes.
1. Escoger un buen corte. Lo primero a tener en cuenta es tener un muy buen corte para el asado. Un New York Steak, Rib Eye, pueden ser buenas opciones. Una buena carne debe tener esa grasita entreverada que se llama marmoleo, a cierta temperatura se va derritiendo y da un sabor muy especial, y es el santo grial de los comedores de carne.
Es muy importante mantener la grasa que trae el corte, le da mcuho sabor y jugosidad. No se lo quiten antes de asar.
2. Temperatura muy alta para sellar la carne. Pueden usar el asador que más les agrade: a gas, carbón, leña. Lo que haremos es un sellamiento por todos los lados de la carne con lo que conservamos en ella todos sus jugos. Logramos con esto que los jugos no se salgan, para que nos quede una carne jugosa y exquisita.
Evitaremos el momento que cae la grasita de la carne al fuego, con lo que la llama se levanta, cuando eso sucede le llamamos, arrebatar la lumbre. Para eso, dejaremos la carne en otro segmento de la parrilla donde la llama no alcance a tocar la carne pues la intesión es que se cocine parejo. Si la llama toca la carne directamente, el cocimiento es muy rápido, y quedará cruda por dentro. Antes que se adelanten, recuerden que la sal la pondremos al final, para evitar que se seque nuestra carne.
Aproximadamente, unos tres minutos después damos vuelta a nuestro Rib Eye. Toma un color caramelo muy muy bonito, mantiene su textura y jugosidad. No se preocupen por la grasa que caiga a la parrilla, sus vapores impregnan la carne de sabores increíbles; sea en el asador que sea. Sellen todos los lados de la carne, usen pinzas, se los recomendamos. Es importante que no pinchen ni corten la carne durante el sellado ni el asado por que dan una salida a los jugos y el corte tenderá a secarse.
Paciencia, no se limiten a cuatro lados, cada corte tiene grasa por todas partes. Así que denle tiempo, y mucha paciencia de sellamiento a cada pieza.
3. El asado es a fuego muy bajo. Bajamos la temperatura, o la intensidad del fuego, o levantamos la tapa del asador de carbón, y dejamos aproximadamente unos 20 ó 25 minutos, para que la carne reciba una cocción lenta y quede muy muy bien.
Una buena técnica para saber en qué momento voltear la carne es, no estar volteando la carne todo el tiempo; después de hacer eso, cuando veamos que comienzan a salir algunos jugos por el lado de arriba de la carne, es el momento ideal para voltearla.
4. El momento más esperado, es cuando la carne está lista para servir. Nuestro Rib Eye ha tomado un color caramelo fabuloso, por encima se ven los jugos brillantes.
5. Otro secreto es dejar reposar la carne asada unos 2 ó 3 minutos. Sin que se enfríe demasiado, este tiempo ayuda a que no salgan disparados todos los jugos y se riegue todo por el plato. En el momento del corte, veremos que tiene un color maravilloso gracias a conservar todos sus jugos a la perfección.
6. Este es el momento para la sal, no antes. Ya sellado, ya asado, incluso ya servido. Veamos como es el plato cuando la carne, al cortarle, suelta todos sus jugos. ¡Qué maravilla!
Un buen corte excelentemente bien asado conserva su jugosidad, su terneza y tiene -por supuesto- un gran sabor. Según el gusto, crocante por fuera, jugoso por dentro, pero la textura es suave, consistente e increíble, con un brillo que ¡woow! por todos los jugos de la carne y su grasa.
¡Ya está la asada, quién dijo, Carnita! Pruébenla, por favor.
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