Periodismo y ética

Sin duda cuando leemos un artículo de prensa o un editorial lo que se supone es que constituye el punto de vista de quien lo firma y no de otra persona, a no ser que -pienso es lo lógico- se encomille la frase o comentario ajeno que se reproduce. De hecho es lo que se estila, luego, quien ejercite la profesión de periodista apartandose de esos parámetros no lo es y se aleja de la concepción del periodismo que es el brindar la información y el análisis serio, concianzudo y veras al lector, quien al tiempo podrá tenerlo y considerarlo como guia para sus actuaciones, razón suficiente para que se convierta en etica profesional.

De hecho, por todo lo anterior no es sensato y más aún comporta traición vislumbrando intereses soterrados cuando se le emite al oyente opiniones total y diametralmente opuestas a las que efectivamente se practícan o que constituyen su ideología; no tiene sensatez una tal cuestión ya que el periodista debe ser literalmente transparente en su actuar profesional.

En este orden de ideas, nuestro País posibilita todo, desde la verdad del caso planteado como la maquinación de una información para sembrar en el auditorio esa idea, ya que todo en nuestro territorio Colombiano tiene génesis en informaciones periodisticas, ya radiales o escritas por lo que, conociendo la sugestión que en el pueblo tiene ese medio, suele ser aprovechado en uno u otro sentido.

Tan criticable y reprochable, por lo mismo digno de considerar por el gremio profesional para los correctivos futuros, es eso, como lo es la parcialización y el sesgo con el que suelen mirarse y analizarse los sucesos; es decir, dependiendo del color que se arroje. Ernesto Yamure obraba mal y por eso, tal vez reconociendo la situación renunció a los medios donde trabaja ejerciendo su profesión, cosa que igual seguramente podrían hacer algunos otros que indudablemente existen.

En Colombia esa doble moral existe y existirá hasta que no se tome conciencia de la situación que ello significa o hasta donde nosotros mismos como pueblo lo permitamos.

Igual que Yamure, según lo que se difundió, cuando consignaba y transmitía los deseos de Castaño, lo que reitero es criticable como independiente periodista que es, Piedad Córdoba, como Senadora y de suyo parte del selecto grupo considerado como "padres de la Patria", haciendo lo propio con las farc, incurría en lo mismo con ese obvio, enorme y por lo mismo incontrovertible agravante.