Una raza, un mundo un sentir
Uno de los amigos de la cuadra se precia de su apellido europeo, de sus ojos claros y de su cabello amarillo, pero cuando le dicen lo llaman por su apodo, «el Polaco» reacciona y dice: «Un momento, no se confundan por esta piel y por estos ojos; yo también soy de aquí y en mi familia hay gente negra e india.
«El polaco» quiere convencernos de que es tan criollo como los demás, pero la pinta no lo ayuda y todos lo sigue considerando un inmigrante. «Inmigrante mi padre, pero yo no, nos responde», yo soy de aquí, como ustedes, aunque también soy de allá, o del otro, lado, como lo prefieran. Mi sangre es de un lado y mis pies están en este suelo, así que no soy ni criollo ni extranjero; ni negro ni blanco; ni indio, ni oriental.
Sus palabras no nos ayudan mucho para averiguar de dónde es en realidad, por eso le repetimos la pregunta el 12 de octubre día de la raza. Y aquí está su respuesta, una carta con sabor a poesía en la que «El Polaco» pretende explicarnos su origen:
«Me pregunta usted por mi raza, y le diré que tengo del negro la fortaleza, del blanco la inspiración y del indio la rebeldía. Uno de mis abuelos españoles Enamoraba negras en las playas del Caribe
Una de mis abuelas indias seducía a los hombres blancos de la sierra, uno de mis ancestros negros lanzaba el grito de guerra temerario para expulsar al invasor y al corsario.
Y más allá del mar, en donde el mar cambia de nombre El fascismo ayudó a morir a otro de mis abuelos En duras cuotas de tortura y sufrimiento, y también más allá del mar, en donde el mar toma otro nombre. Y la tierra cambia de forma mi padre ayudó a morir al fascismo En duras cuotas de lucha, y de amor por la libertad.
Si insiste en preguntarme cual es mi raza Le responderé que mi raza es la de los hombres de aquí y de allá Que en mi sangre navegan los genes de todas las razas.
Que soy viajero del cosmos y ciudadano del mundo. Que mis hijos son amigos de la tarde y hermanos del viento que sobre mi cabeza sale todos los días, el sol que lo ilumina a usted y a mí, y que adoro al dios de los cielos y la tierra al Creador del sol y de las estrellas
Al que inspira mi canto y mi calma mi dolor. Si me pregunta quien soy le diré que soy un poco de usted.
Y también es usted un poco de mí. Le diré que los negros despiertan mi admiración. Los indios son dueños de mi aprecio Los blancos de mi estimación y las morenas de mi pasión».
POR: ALEJANDRO RUTTO MARTÍNEZ
http://alejandrorutto.blogspot.com
Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?
Registro automático