Acoso sexual
El acosador puede ser cualquiera, un familiar, pareja, tutor, vecino, profesor, amigo, cliente, paciente, compañero de clase, de trabajo o un desconocido, hombre o mujer. Es una persona psicológicamente perversa, siente sumo y vital placer al darse cuenta como desconcierta y hace sufrir a los demás, goza sometiendo, humillando y vejando. Habitualmente presenta una conducta escrupulosa, maneja hábilmente la culpa, es manipuladora y cuando se siente atrapada y sin salida llega a hacer creer que esta arrepentida y se muestra comprensiva con la víctima para salir avante. Sexualmente se siente disminuida, presenta alguna disfunción sexual y falta de confianza.
Habrá casos en que el acosador no es consiente de que sus actitudes y acciones son ofensivas y dañinas o que no es una forma de acoso sexual.
El acoso incluye una serie de molestias y agresiones que pueden llegar a abusos serios que involucran actividad sexual, típicamente ocurre en el lugar de trabajo donde poner objeciones o rechazar al acosador tendrá consecuencias graves como perder el empleo, enfrentarse a sabotajes laborales, a una guerra sucia y acusaciones de todo tipo, trasformando el espacio laboral en intimidatorio, hostil, terriblemente desagradable, persecutorio, afectando de sobre manera a la victima que llega a presentar una profunda depresión, lesionando gravemente su autoestima, llevándola incluso al suicidio. Expertos de la salud mental y trabajadores sociales dicen que el acoso sexual crónico, en muchos casos, llega a tener los mismos efectos psicológicos en las víctimas que la violación o la agresión sexual. La reacción violenta y las represalias por denunciar el acoso sexual pueden agravar más el cuadro clínico. La Universidad Cornell, en 1974 definió el acoso sexual como el típico contacto físico indeseado entre compañeros de trabajos o el jefe, comentarios y miradas lascivas, discusiones sobre superioridad de sexo, las bromas y favores sexuales para conservar o ascender en el status laboral, etc.
Cuando el acoso sexual se da en el ámbito familiar, en donde un pariente cercano (hermano, papá, tío, mamá, yerno, suegra, esposo, tía, cuñado) es el victimario y por la relación de parentesco y la convivencia, el acoso se disfraza y solo ven muestras de cariño, atenciones y mimos, para la víctima es difícil reconocerlo como tal, se desatan dudas, se cuestiona sobre su comportamiento y actitudes, llega a pensar que ve y siente cosas que no son ciertas, que ella está mal. Cuando llega a tener claridad no sabe que hacer, a quien acudir, imagina todos los conflictos que se desencadenarían si se atreve a hablar, se llega a sentir culpable por lo que pasa y pasaría si se supiera.
No siempre la victima es a quien se le acosa directamente, el acoso puede estar dirigido a un ser emocionalmente cercano (hijo, esposo, hermana, madre o padre) y este no darse cuenta, generando angustia, incertidumbre, enojo, y en muchos casos sin saber como actuar.
Psic. Sex. Alicia Vega Álvarez
Tel: 183-12-50
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