Adiccion al trabajo
En los últimos años hemos sido testigos y victimas de la complicación de las condiciones laborales. Se han incrementado las horas de trabajo en aras de la plusvalía, de una carrera laboral prometedora de prestigio, poder y reconocimiento, con una disminución considerable de las horas de descanso y el desencadenamiento de enfermedades de todo tipo a temprana edad, un abandono de la familia, descuido de la pareja, asilamiento de los amigos, cancelación de actividades recreativas entre otras que dan como resultado una considerable devaluación en la calidad de vida, cayendo en la enajenación del ser, “soy ajeno a mi y por ende a todo, sobre todo a lo emocional, a lo que no es tangible o práctico”.
El equilibrio entre las horas de trabajo, ocio y descanso resulta determinante para el bienestar personal.
La noción de adicción ha sido asociada tradicionalmente a las drogas, pero en la sociedad contemporánea se ha ampliado a diferentes tópicos entre ellos el laboral. No obstante, los trastornos adictivos involucran dos componentes fundamentales: Falta de control y dependencia.
Existen hábitos de conducta en apariencia inofensivos que se convierten en adictivos. Ciertas conductas problemáticas pueden considerarse tan patológicas como las que presentan los drogadictos. Es decir, los síntomas de adicción psicológica son similares a los de las adicciones químicas. El ser humano necesita una satisfacción global repartida en diversas actividades (familiar, escolar, laboral, social, recreativa, cultural, filantrópica). Si es incapaz de repartir su tiempo y atención en esta diversidad, corre el riesgo de centrarse en una sola y ésta transformarse en una adicción.
Una conducta se convierte en una adicción en la medida que interfiere en los diferentes rubros de la vida, es decir, se abandona todo, por esa conducta, se convierte en el eje de la vida del adicto. Toda conducta adictiva resulta placentera en un inicio pero conlleva ineludiblemente una pérdida de control en la persona, quedando a merced de la sobre implicación, que responde a un estado de intensa ansiedad o necesidad personal más que a los requerimientos del entorno laboral. Se distingue por su actitud, usualmente acompañada de ideas sobrevaloradas “Soy indispensable” y “sin mi la empresa entrará en cataclismo”.
Muchas personas adictas al trabajo, se escudan creyendo que su conducta no debe ser preocupante, pues es una actividad productiva que genera satisfactores materiales y es socialmente reconocida como algo positivo, en contraste con aquellas personas que se refugian en el alcohol, las juergas, el juego, los amigos, las drogas, relaciones ocasionales, etc.
Sin embargo, se ha empezado a considerar este comportamiento adictivo al trabajo como un trastorno grave, con consecuencias a la salud integral tanto del adicto como de su entorno familiar.
Las personas adictas al trabajo se caracterizan por negar su problema, poca o nula capacidad para disfrutar lo que anteriormente les parecía grato, se sobre involucran aún en funciones que no les corresponden, no se desconectan del trabajo en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, se abstienen de tomar vacaciones o días feriados, los fines de semana les parecen una pérdida de tiempo, se resisten al placer sexual, se sienten insatisfechas, irritables o malhumoradas cuando están fuera del trabajo, manifiestan ansiedad elevada, son impulsivas ante presiones personales, buscan poder y prestigio, esto va acompañado frecuentemente por sentimiento de inferioridad y miedo al fracaso, distorsionan la realidad al oscilar sus fantasías sobre su grandiosidad e imprescindible intervención en la coexistencia de la empresa, presentan necesidad de control, creciente tolerancia a dedicarle tiempo al trabajo o aceptar nuevas responsabilidades (excesivo sentido del deber), en casa se muestran sumamente agotados y se aíslan, no quieren molestias ni interrupciones, mucho menos lidiar con las obligaciones o problemas domésticos y familiares, por lo que jugar o atender a sus hijos queda absolutamente descartado.
La adicción al trabajo puede ir acompañada de adicciones asociadas como consumo excesivo de alcohol, tabaco, café, refresco de cola, sustancias psicoactivas, así como trastornos del sueño, de alimentación y sexuales entre otros.
Si usted siempre anda de prisa constante y continuamente ocupado, se siente esclavo del tiempo que nunca le alcanza, siente la imperiosa necesidad de hacer varias tareas al mismo tiempo, de controlarlo todo, no acepta opiniones u otros puntos de vista ni en el trabajo ni en su vida personal ( cerrados de mente), tiene problemas para delegar, muestra un alto nivel de exigencia y perfeccionismo, le genera ansiedad y gran temor fracasar , es intolerante a darse cuenta que las cosas escapan a su control, considera que las relaciones con los amigos o familiares son una pérdida de tiempo, ha empezado a presentar olvidos recurrentes, ha descuidado a su familia, su pareja, a si mismo, se enoja con facilidad, lo más probable es que usted sea un adicto al trabajo.
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