Neiva de Hoyos
Neiva es, ciertamente, una ciudad casada! Casó hace ya varios años con el señor Hoyos y aunque su marido ha empezado a torturarla, ella no ha podido romper su vínculo matrimonial, debido puramente a su falta de decisión o voluntad. Otros, como el doctor Pacheco, dicen que la pobre no ha logrado divorciarse del soquete ese por ¡física falta de plata! En todo caso estamos rogando a Dios que su matrimonio no haya sido católico o indisoluble, pues ella merece un mejor esposo. Ella es de buena familia, inteligente, laboriosa, amable, buena anfitriona y, sobre todo, con muchísimas ganas de superarse. No crean que la mujer no tiene quien la "flirtee", o, como dicen ahora, quien le "tire los perros". A todos nos consta que el mejor partido de este hemisferio, un tal señor Desarrollo, la ha tratado de conquistar, le ha hecho propuestas, es su admirador clandestino. El hombre solamente ha estado de malas, pues se ha dejado "pillar" sus detallitos de la patota esa de amigos del marido, quienes no lo han dejado acercarse bien. En efecto, el señor Corrupto, el señor Incapaz, el señor Politiquero, el señor Incompetente, el señor Contratitis, el señor Desempleo, el señor Rasputín y el señor Filipichín, quienes son los compinches del señor Hoyos se inventan todas las triquiñuelas habidas y por haber para auyentar al mencionado pretendiente. Pero no lo hacen tanto por cuidarle las espaldas a su amigo entrañable sino porque, lo sabemos de sobra, ellos la desean, viven obsesionados con su voluptuosidad, aspiran a constreñirla o engañarla para deshonrrarla y, después, seguirla extorsionando para obligarla a seguir sometida a ellos sin pensar, siquiera, en separarse de su mequetrefe de marido. Pero Neiva es una ciudad recursiva, bien preparada, positiva y de armas tomar. Ella ha de estar ideando algún plan para salir bien librada de esta situación angustiante y poder, por lo menos, ser amiga del señor Desarrollo. Todos los que nos sentimos solidarios con ella, debemos ayudarla, en primer lugar, a levantarse esos cien mil millones de los que habló Pacheco para borrar a su marido de la faz del municipio. Sin Hoyos, a quien sus amigos llaman cariñosamente "Huequitos", Neiva tendrá una existencia algo más placentera y más movida. Después tendremos, entre todos, la ardua labor de quitarle de encima a esos bárbaros compinches de Hoyos, tarea esa mucho más costosa, quizá, que la anterior, pero infinitamente más agradable. Todo lo demás vendrá por añadidura. Nuevos barones y damas respetables como el joven Megaproyecto, el doctor Gestión, el industrial Plenoempleo, el señor Recursos, el predicador Correcto, la Profesora Iniciativa y la científica Educación, llenarán su vida de más gratos recuerdos y ayudarán a construir, junto a Desarrollo, ese final clásico de los cuentos criollos: "y todos fueron felices, comiendo perdices...."
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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