Falta de deseo Sexual

Se considera que en el hombre la falta de deseo sexual es más reconocible que en la mujer y, así mismo, que  este trastorno del deseo sexual es mas frecuente en el sexo femenino.

En condiciones normales, cualquier persona presenta cierto grado de deseo sexual que la incita a buscar experiencias  sexuales o bien que hace que se muestre receptiva frente a un estímulo erótico sexual.

Este grado de apetito sexual es  diferente en cada individuo, y en una misma persona puede variar según diversas circunstancias, tanto  psicosociales como interpersonales. Se considera que existe una inhibición del deseo sexual, y que esta situación constituye un trastorno, cuando se produce una pérdida notoria del apetito sexual preexistente, sobre todo cuando sobreviene a pesar de que se cuente con una pareja que se considere apropiada.

Lo que hay que saber:

La falta de deseo sexual o la ausencia total o una notoria pérdida del deseo sexual preexistente constituyen un verdadero trastorno del deseo sexual, porque normalmente  toda persona tiene un cierto grado de libido que se manifiesta, al menos, en fantasías eróticas.

La pérdida de deseo sexual puede obedecer a factores orgánicos, por ejemplo la depresión, enfermedad que a veces se manifiesta inicialmente de esta forma. También pueden provocar el mismo efecto el abuso de alcohol o de otras drogas, la administración de determinados fármacos y diversos trastornos hormonales.

Otras veces, la ausencia de apetito sexual se basa en causas psicológicas como conflictos de relación de pareja, comunicación inadecuada, experiencias sexuales violentas, encuentros sexuales desagradables, o como consecuencia de una educación rígida que considere condenable la manifestación del  deseo sexual femenino.

En otros casos la falta de deseo sexual se debe a disfunciones sexuales anteriores  en la pareja, ejemplo, problemas de eyaculación y de erección, falta de pericia en técnicas sexuales, ausencia de un marco de erotismo, falta de empatía y acoplamiento sexual, o muchas veces la  persona se  esforzó para estar sexualmente con la pareja sin desearlo.

Para el diagnóstico y tratamiento de este trastorno del deseo es fundamental que la pareja participe activamente.

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