Detecta la falsedad en el lenguaje corporal
Los hombres somos criaturas gregarias. Como el resto de los primates, los primeros humanos se agruparon para defenderse y, sobre todo, para tener una estructura en la que poder mantener unas crías incapaces de valerse por sí mismas hasta una edad inconcebible en el resto del mundo animal. Así nació la familia. Y con ella se desarrolló ese interés tan fuerte en conocer las almas de las demás personas y saber que alguien conoce y disfruta con la nuestra. Ese es el origen de la amistad y del amor. A pesar de que gran parte de la comunicación está viciada por falsedades e intereses egoístas, los hombres aún sentimos la necesidad de conocer realmente a las personas y mejorar nuestra forma de comunicarnos. Ése es el éxito del lenguaje corporal.
El lenguaje corporal es un ámbito de estudio que nos proporciona herramientas fascinantes para conocer a nuestros interlocutores. Si lee este artículo descubrirá una de las más útiles: la técnica del limpiaparabrisas.
Gracias a esta maravillosa técnica de lenguaje corporal sabrá si alguien empatiza con usted, es decir, que está dispuesto a colaborar y trabajar en equipo o si, por el contrario, se guarda un as en la manga o no está dispuesto a unirse a un equipo aunque afirme lo contrario.
Antes de seguir con la técnica, voy a explicarle el fundamento teórico que la hace funcionar. Para ello necesitamos distinguir entre dos afectos similares, aunque distintos: la simpatía y la empatía.
La simpatía nos permite sentir lo mismo que otra persona sabiendo, además que esa persona nos cae bien. Es una variante de la empatía que sentimos hacia familiares, amigos y gente con la que nos identificamos. La empatía, por el contrario es una capacidad más universal. Consiste en la capacidad de sentir lo mismo que alguien aunque no le conozcamos o, incluso, aunque no nos caiga bien. La empatía es una mímica innata en el hombre que crece y se adiestra con la experiencia, y nos permite ponernos en el lugar de cualquier otra persona.
Por ello, si usted tiene intención de trabajar en equipo, incluso con desconocidos empatizará con ellos. Si usted piensa utilizar a un equipo para sus propios fines, si va a aprovecharse de él no empatizará con ellos. El lenguaje corporal nos brinda una herramienta muy fácil y potente para medir la empatía de un sujeto hacia nosotros: la técnica del limpiaparabrisas.
Sin dejar nunca de hablar, sin dejar de mirar a los ojos, busque el rostro de su interlocutor y coloque el suyo exactamente en el mismo eje que el otro rostro, totalmente paralelo a él. Luego desplace su cabeza muy suavemente, según un eje lateral, el mismo movimiento que hace un limpiaparabrisas. En situación de empatía y, solamente en situación de empatía, su interlocutor cambiará la inclinación de su rostro para quedar paralelo a usted. Puede asegurarse de sus intenciones haciendo este movimiento varias veces. Si el eje de su cabeza sigue al tuyo, te sigue de forma tanto mental como física.
Si, por el contrario, no se mueve (casi con certeza tendrá el rostro rígido e inclinado a la derecha) rechaza sentir empatía con usted. Tenga cuidado, quiere aprovecharse o ignorarle.
Le voy a poner unos deberes sencillos. Haga la técnica del parabrisas tal cual la he explicado. Use esta herramienta maravillosa de la comunicación no verbal. Vera como es capaz de percibir la empatía de su interlocutor con un eficacia pasmosa. No dude en comentar cualquier duda o sugerencia.
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