La falta de formación en los jóvenes estanca el acceso al mercado laboral
Esta situación no es ajena a lo que acontece en el resto del país, de acuerdo con los datos revelados recientemente por el Dane, los cuales muestran que la población de este rango de edad representó una tasa de desempleo del 20.6 por ciento en el trimestre abril-junio, cifra que por poco duplica el porcentaje del total de desocupados en el ámbito nacional, que se ubicó en 11.1 por ciento en el mismo periodo.Volviendo a Ibagué, para el año 2010 el rango de edades de los 12 a los 17 años ocupó una tasa de desempleo del 34 por ciento, de los 17 a los 24 años registró una tasa del 36 por ciento y de los 25 a los 29 años, del 21 por ciento, mientras que la tasa promedio de desempleo para Ibagué el año pasado fue de 18 por ciento.
El desempleo es, para varios economistas, tan solo una cara del fenómeno económico social que atraviesa la ciudad, que se está viendo claramente representado en los jóvenes entre los 17 y 24 años, quienes ocupan el 36 por ciento de la población que está en la búsqueda de trabajo.Lo más grave es que la situación conlleva a un abandono escolar temprano y según expertos del desarrollo, hace contrapeso en la economía local.Si bien hay que reconocer frente a los grandes desafíos económicos que enfrenta Ibagué los esfuerzos que desde las autoridades locales se han puesto en práctica para contrarrestar este fenómeno, hay quienes creen que la respuesta ha sido insuficiente debido a la falta de una política seria que ayude a la ciudad a recuperarse gradualmente con relación a la alta tasa de paro que hoy se sustenta y que la ubican, según el último reporte del Dane del mes de junio, con el 17.2 por ciento del desempleo.
En términos generales, "es un hecho que los jóvenes tienen la más alta tasa global de participación, que constantemente entran y salen del mercado laboral dependiendo de lo que vaya pasando con la economía", señaló Jorge Renza, director del Observatorio de Empleo del Tolima.
Para el economista Cristian Frasser, generalmente las tasas de desempleo de las personas jóvenes suelen ser mas altas que las del resto que contienen la fuerza laboral en una economía y suelen serlo por dos razones. "Por un lado, son jóvenes que han recibido capacitación en centros de entrenamientos y universidades que luego de culminar sus estudios salen en búsqueda de una ocupación que les permita tener un ingreso y donde puedan desarrollar sus habilidades.Cuando esa mano que sale no logra ser absorbida registra desempleo, el cual se mueve cíclicamente dependiendo de cómo vaya la economía", explicó Frasser.Es decir, si la economía va bien, los jóvenes logran engancharse más fácilmente a un empleo, pero si va mal, la tasa de paro sube.
El otro segmento de la población -explicó el economista- donde están las cifras del desempleo "son los jóvenes que no reciben capacitación ni entrenamientos, personas que nunca fueron a la universidad y que se vieron obligadas a entrar al mercado laboral para generar ingresos y colaborar en las responsabilidades familiares", señaló.Si bien la cifra gruesa aparece como si fuera un solo problema, en realidad son dos matices que reflejan por un lado el desempleo juvenil de quienes no tienen la formación adecuada y presionan el mercado laboral y por el otro, los que sí la tienen y sin embargo la plaza no genera la cantidad de ocupaciones suficientes.
¿Dónde queda el compromiso?"
Una política mucho más agresiva que aborde los problemas de la ciudad en un escenario simultáneo que evite a los jóvenes abandonar sus estudios implica crear subsidios para retener a esa población y que no salga a tan temprana edad a laborar; o tomar las ventajas que el Gobierno nacional hoy dispone como la reforma a las regalías y el mismo Plan Nacional de Desarrollo, (esto) sería mucho más provechoso en vez de continuar dejando acrecentar el fenómeno", reconoció el director del Centro de Estudios Regionales de la Universidad del Tolima, Cere, Jaime Lozano, al mencionar la poca reacción de la Alcaldía local y demás actores involucrados luego de la propuesta que presentó el Centro hace algunos meses."Nos quedamos en ese evento como un momento que reconoció la afectación de la crisis, pero después salimos como si nada, lavamos nuestra conciencia y, sin embargo, seguimos siendo daminificados permanentes", señaló.
La deserción es todavía significativa
El director del Centro de Estudios Regionales, Jaime Lozano, considera que la deserción de todavía en la ciudad significativa en poblaciones entre los 14 y 26 años, y pese a los esfuerzos del sistema educativo para retener a esos jóvenes en procura de mejorar sus competencias laborales la capacidad es baja, debido a que priman las necesidades de satisfacción y de sobrevivencia en vez de suplir el tema educativo.De acuerdo con Lozano, el desempleo es apenas una de sus caras y este rango de edades es tan solo una de las manifestaciones de la crisis y de la inestabilidad económica y política para abordar el problema."Este no es un problema de cifras, de si nos disputamos el tercer o cuarto lugar con Armenia, Pereira o Quibdó, es un problema estructural que invade a la ciudad y no tiene soluciones inmediatas, pues demanda años, pero si acometemos este ejercicio y existe el compromiso, por ejemplo, de que los próximos gobernantes lo incluyan en sus agendas como uno de los problemas más importantes que se deben abordar para el desarrollo", otros serían los resultados.
Quienes están formados en universidades y no encuentran trabajo es un problema macroeconómico que depende de algunas variables del orden nacional. En el caso específico de Ibagué difícilmente la solución depende de la política local, con el fin de que la economía despegue y enganchar la mano de obra que se genera.
Tomado de: El Nuevo Día
Comp. Javier Mejía T. www.exagonobibliotecario.blogspot.com
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