Despierta tu Impulso Creativo
De todos los impulsos del ser, el impulso creativo es el que tenemos menos desarrollado. La mayoría de nosotros proyectamos en otras personas, los “creativos”, aquellas cualidades que forman parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, el cambio y desarrollo personal no es posible sin el despertar de la creatividad, elemento que nos constituye, expresa y define como seres humanos creados y creadores.
De todas las formas creativas, aquella que nos inspira y trasciende es la que surge del amor. Crear es un acto amoroso envuelto en belleza. Sin embargo, cuando el corazón está herido la creatividad se convierte en destrucción. En este sentido, la rutina es asesina de la vida, transformando la espontaneidad en automatismo. Cuando sólo hay rutina, se apaga nuestra alma, y sin el alma, nos extinguimos también nosotros.
En una sociedad manipuladora y represiva como en la que vivimos la creatividad es una amenaza para el poder, como lo es la libertad y la sabiduría. Empecemos por crear nuestro día, decide aquello que incorporarás en él. Si las obligaciones llenan tu tiempo, decide que siempre haya un espacio para tí, todos los días, ¿qué harías hoy si fuese el último?, y ¿cómo sabes que no lo es?
Es un autoengaño decir que no tienes creatividad. Para empezar, no es algo que se tiene o no, es algo que se es. Quizá bloquees tu creatividad, igual que puedes bloquear tu capacidad amorosa, lo que no es igual a decir que esa capacidad no esté ahí de forma inherente. A un niño no tienes que explicarle qué es la creatividad o cómo tiene que crear, simplemente crea. También nosotros disponemos, si actuamos sin juicios, de múltiples ocasiones, instrumentos y escenarios a nuestro alrededor con los que dar rienda suelta a nuestro impulso creativo. Al mismo tiempo, un mismo acto puede estar impregnado de creatividad y belleza, o ser realizado de una forma automática, en función de nuestra conciencia, atención e intención al hacerlo.
Chögyam Trungpa Rimpoché, decía acerca del arte dhármico, arte que surge de un estado meditativo, que éste no concierne solamente al arte, sino que tiene que ver con la manera en que nos manejamos globalmente. Tiene que ver con la manera en que uno enjuaga su toalla en el cuarto de baño y la pone a secar correctamente para que quede bien, es todo un mundo en el que se presta atención a cada pequeño detalle. El arte dhármico es un darse cuenta natural.
Conceder un espacio al yo creativo produce una satisfacción y alegría genuinos, y la alegría es el alimento del espíritu. Pinta ese cuadro, teje esa manta, cocina ese plato, toca esa música, escribe ese poema, diseña esos planos, inventa ese cuento, danza ese baile. Vive y habita tu ser completo. Sin juicios, culpas ni ideales. El mes pasado lo leímos aquí, Rabindrath Tagore comenzó a pintar a los 70 años y terminó más de tres mil obras en su vida. ¿Bajo qué excusa postergar o no comenzar? Ojalá las musas te inspiren y tu ser superior te guíe en tu próxima creación.
Eva Jiménez Sánchez Psicóloga y Psicoterapeuta gestalt integrativa. Fundadora del Grupo Maitri, espacio de psicoterapia y desarrollo integral, www.maitri.es. Directora y Editora de revistamaitri.es
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