Contra la depresión: Confianza y Optimismo
La esperanza y el optimismo amplían la resistencia de las personas a sufrir depresión, mejorando el rendimiento en el trabajo y el nivel de satisfacción vital (Shogren, López, Wehmeyer, Little y Pressgrove, 2006). Es más, Seligman (2003), plantea que se explica por las dimensiones, el atributo de permanencia y ubicuidad (estabilidad y globalidad).
La permanencia trata, en que las personas pesimistas van a considerar las causas de hechos adversos o de sus fracasos como para siempre y que así será para toda su vida, por otra parte, en las personas optimistas las causas de esos sucesos negativos las piensan transitorias.
En los sucesos a favor, las personas optimistas considerarán las causas a características propias, al igual que la capacidad y forma, creyendo que son para siempre. Los pesimistas por lo contrario, consideran los sucesos buenos que les ocurren, a aspectos temporales y por alguna circunstancia.
Con respecto a la ubicuidad, consiste en que los pesimistas dan grandes explicaciones a sus fracasos, generalizándolos a unos aspectos de sus vidas, en cambio los optimistas tienen explicaciones específicas sin causar cambios en otras áreas, siendo sencillo para éstos superar momentos desfavorables. En los pesimistas, cuando les pasa un hecho positivo tienen la particularidad de contarlo de una forma específica. Los optimistas, por el contrario, saben explicarlo de una manera universal.
La esperanza está en encontrar causas permanentes y universales a los buenos acontecimientos, además de causas transitorias y especificas a los momentos adversos (Seligman et al, 2006).
Para cambiar los pensamientos negativos y subir el optimismo, se sustituyen las respuestas negativas de la persona por otras más positivas (Seligman, 2003). Para superarlo se deberán usar cuatro formas para rebatir dichos pensamientos pesimistas, que la propia persona deberá realizar: Evidencia, que consiste en buscar pruebas fiables que ayuden a la persona a convencerse de las distorsiones desastrosas y que anulen el pensamiento pesimista (Seligman et al., 2006). Otra forma de rebatir las formas negativas, es la de buscar cosas alternativas a lo sucedido y no quedarse con la actual, ya que en muchas ocasiones estas creencias negativas no tienen sentido.
Otras fórmulas de refutar, son repasar las implicancias de las creencias y su uso. Pueden existir algunas veces, en que las creencias actuales sean fiables, en estos casos se debe ahondar en las implicancias de la creencia y no ser catastrofista. Más tarde, se tiene que volver a encontrar la evidencia. Posteriormente se debe verificar el uso que esa creencia tiene para el existir de la persona, que beneficio da y buscar algunos aspectos que se deban modificar en el futuro.
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